Se avecinaba una final fantástica, con cuatro nombres propios de la actualidad de este deporte en liza, cuatro jugadoras maravillosas, de infinitos recursos y que iban a poner todo sobre la pista, pero a la hora de la verdad, solo se vio espectáculo por una de las dos partes.
Porque Alejandra Salazar y Gemma Triay no aparecieron o no les dejaron aparecer, llevándose Ari Sánchez y Paula Josemaría todo el protagonismo, las mejores acciones y prácticamente todos los puntos, pues las nº1 parecían impotentes, cansadas, con un ritmo trotón que no les daba para contragolpear y salir hacia la red.
En el intercambio constante, Ari y Paula se colocarían con un claro 0-2 a favor que mudaría a un 1-4 posterior que, pasada escasamente la primera media hora de juego, sería un 1-6 más que evidente de lo visto sobre la pista.
Esperando la necesaria reacción de las chicas de Rodri Ovide comenzaba el segundo capítulo de la final femenina pero esta no llegaría. Otro 0-2 en favor de la catalana y la extremeña, cada vez más sueltas y cómodas en el cuerpo a cuerpo, en los intercambios largos y en los cortos, en los cambios de lado y en todas las acciones, mientras que al otro lado de la red solo se veían caras largas, desajustes y falta de la firmeza habitual.
Aun así, lograron Triay y Salazar un 2-1 que no confirmaría ninguna recuperación, pues rápidamente se pasó a un 5-1 en modo cohete para las de Miguel Sciorilli que todo lo que hacían lo hacían bien y que con un 1-6 y 1-6 conseguían revalidar el título en tierras nórdicas.
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