Torneo tras torneo, Alejandra Salazar y Gemma Triay se habían plantado en la final, en algunos de ellos además con un ritmo imparable y sin conceder lo más mínimo y levantando, en casi todos ellos, el título de campeonas. Pero Dinamarca les ha puesto freno o, mejor dicho, el enorme crecimiento y convicción de los que han hecho gala Martita Ortega y Bea González.
Tras haberse quedado fuera la dupla nº2, el camino se allanaba para las de Rodri Ovide, también con Riera-Llaguno y Brea-Icardo fuera, pero con quien pocos o nadie contaba era con las jovencísimas Ortega y González.
Se les veía en las caras que conforme avanzaban los minutos y los juegos, se lo iban creyendo más, estaban mucho más sueltas y convencidas de que el trabajo que estaban haciendo daba sus frutos, porque nadie había sido capaz de endosarles un 1-6 a las todopoderosas nº1 del ranking, nadie les había dejado con tan poca producción ofensiva.
Martita era capaz de dominar en el cruzado a Alejandra, maniatándola constantemente e impidiendo que tuviese un juego regular, cortocircuitando su bandeja y haciendo que cometiese más errores de lo habitual, pues no llegaba nunca a estar cómoda, mientras que Bea defendía desde su lado las acometidas de Gemma (menos habituales que en otras ocasiones), pareciendo que el cansancio de su partido de cuartos hacía mella en ellas.
Tras cerrar el primero, en el segundo se vio otra versión muy diferentes de Salazar y Triay. Esta vez sí eran capaces de meterse en dinámica, de conectar tiros ganadores y de hacer buenas transiciones defensa-ataque, pero Martita seguía intratable en su lado y era capaz de devolver una tras otras todas las bolas que llegaban, con o sin peligro, a su zona. Serían la madrileña y la andaluza las que lograrían, merced a una rotura de servicio, la ventaja definitiva, logrando con un 1-6 y 4-6 hacer un imposible: evitar que Alejandra y Gemma llegaran a otro domingo de torneo.
En la otra semifinal, Mapi Sánchez Alayeto y Sofia Araújo exprimieron un día más su unión, y fueron capaces de derrotar y ofrecer un gran pádel ante Aranza Osoro y Victoria Iglesias.
Mapi demostró durante todo el partido que sus ganas de ganar permanecen intactas tras mucho timepo sin vivir la gloria constante de cuando era número 1 junto a su hermana, mientras que Sofia sacó una vez más su carácter competitivo, su hambre por convertirse en una de las mejores y juntas, tras muy poco tiempo de adaptación, han logrado un juego muy mecanizado y efectivo.
La española y la portuguesa eran las que primero golpeaban en la semifinal, concretamente en el quinto juego, donde lograban el break, que luego agrandaban con su servicio. Victoria y Aranza intentaron por todos los medios recuperar la desventaja, pero no era su día y poco a poco veían cómo se les escapaba la primera manga (6-3).
Querían igualar y dejar todo como al principio la andaluza y la argentina, pero el tándem rival no estaba por la labor y no les dejó más resquicio del necesario para evitar una remontada e irse a un tercer set. De hecho, las chicas de Jorge Martínez subieron más el nivel si cabe y forzaron la máquina de Osoro e Iglesias una y otra vez, haciendo que cometiesen más errores de los habituales en ellas y que, por pura desesperación, se les escapase el partido.
Un 6-3 y 6-1 que devuelve a una ‘Atómika’ a una final (ojalá Majo se recupere pronto para volver con su hermana) y encumbra a una jugadora que va a más, Sofia Araújo.
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