Las hermanas Mapi y Majo Sánchez Alayeto han demostrado que quien tuvo, retuvo y en las semifinales del Challenger de Getafe han vuelto a ofrecer una clara mejoría respecto a la pasada campaña. Este año parece que están creciendo de nuevo y salvo los tropiezos de Reus y Alicante, donde cayeron en 1/16, el resto cuentan todas sus actuaciones por semis, y ahora con una final.
El pádel les debe una y aunque aún tienen una batalla que librar, la del duelo ante Marta Marrero y Lucía Sainz les ha dejado con la moral muy alta.
Porque Marrero y Sainz eran las nº1 de este torneo pero ante las hermanas de Zaragoza no encontraron el ritmo necesario para hacer frente a la presión a la que siempre te someten y en el primer parcial, Mapi y Majo dieron rienda suelta a su imaginación y a su poderío y se convirtieron en dominadoras totales, dejando con apenas dos juegos a las rivales.
Subían y bajaban, tapaban huecos, atacaban y no daban tregua alguna para sofocar constantemente el juego de Marrero y Sainz, que no podían salir de esa presión asfixiante que se transformó, en apenas 20 minutos, en el primer set para las de Jorge Martínez (2-6). El segundo fue algo más parejo, pues tiraron de orgullo la catalana y la canaria, pero aunque querían forzar y apurar para hacerse con el set, no pudieron terminar su labor al verse con un break en contra y el servicio guardado por parte de Mapi y Majo, quienes ya por delante cerraron con un 2-6 y 4-6 una excelente semifinal.
El otro duelo del día fue más trepidante si cabe, un duelo en el que fue necesario tomarse unas cuantas tilas para mantener los nervios tranquilos. Se veían las caras Aranza Osoro y Victoria Iglesias con Martita Ortega y Bea González, juventud por partida cuádruple.
Un choque de altísima intensidad en el que, tanto el primer parcial como el segundo, caminaron en una paridad tremenda. De hecho el primero necesitó de tie break tras llegar empatadas las dos parejas al decimosegundo juego y citarse de manera amistosa en esta suerte dispar. Suerte que cayó para la argentina y la andaluza, quienes daban el primer pasito para poder estar en el duelo del domingo.
Sin embargo, las de Maxi Grabiel reaccionaron con su habitual desparpajo y mezcla de control en defensa y locura en ataque; los dos siguientes sets fueron suyos si bien el segundo de nuevo apuntaba a tie break, pero un arreón final de Ortega y González les dio la ventaja suficiente para, ya con su saque, terminar de firmar la igualada.
Ese despertar lo mantuvieron en el tercero al tiempo que desde el otro lado de la red pagaban el esfuerzo y decaían en movilidad y en acierto. No podían mantener Aranza y Victoria las revoluciones a las que se estaba jugando y conforme pasaban los minutos, la pista se ponía más favorable para Martita y Bea, quienes con otro break más y conservando siempre su servicio, lograban terminar de escalar la montaña y tocar la cima (7-6, 5-7 y 3-6).
De nuevo, volverán a pelear por un título aunque con otras rivales diferentes. Partidazo en pos del título a partir de las 10 de la mañana.
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