Tuvimos de nuevo bastante pelea en la doble entrega de partidos de las semifinales femeninas de Vigo, especialmente en una de ellas, en la que las números 1 volvieron a dejarse una buena dosis de energía tras sufrir de lo lindo en la pista.
El primer partido correspondió a Ari Sánchez y Paula Josemaría, quienes tuvieron su partido bastante bajo control, más en el segundo set que en el primero, pero supieron mandar y parar los ataques de Virginia Riera y Patty Llaguno cuando más ganaban en intensidad.
Las más jóvenes arrancaron mejor pero Patty y Vir volvieron a sacar esa versión sufridora que tan bien ejecutan y lograron agarrarse al duelo, no dejando que se distanciasen mucho la catalana y la extremeña; no obstante, un break en la última parte del primer set les daría el empuje definitivo para ponerse por delante cuando todo parecía tomar la dirección del tie break.
En el segundo, sin embargo, los intentos de apretar en cada bola de Patty y Virginia no surtieron el efecto deseado, pues ni Ari ni Pula bajaron un solo segundo su intensidad y respondieron con muchísima calidad y tiros siempre con intención a todas las acometidas que recibían. En esa ida y vuelta de intenciones salieron mejor paradas las jóvenes, que acapararon varias roturas de servicio a favor para hacer del segundo parcial un camino de rosas y acceder a la final (5-7 y 1-6).
Muchas más complicaciones para Alejandra Salazar y Gemma Triay que vieron cómo Mapi y Majo Sánchez Alayeto subían otro peldaño para acercarse a la cima de su pádel, ese que tantos éxitos dio en el pasado. Este torneo está siendo para ellas magnífico y aunque no terminaron de llevarse la victoria, ha servido para volver a ver una versión de sobresaliente de ‘Las Atómikas’.
El resultado del primer set no se decidiría hasta el final, ya que la igualdad entre las cuatro se mantuvo constante, si bien Mapi y Majo subieron un puntito su agresividad en el tramo final y eso les ayudó a lograr una rotura esencial y necesaria, imprescindible para hacerse con el primer parcial (4-6).
El golpe espoleó infinitamente los ánimos y el juego de Gemma y Ale, saliendo estas en tromba al segundo set, dispuestas a comerse la pista y a las rivales, ahora sí hilvanando un juego pluscuamperfecto y sin los errores del inicio, lo que se tradujo en una batalla relámpago que les lanzó a igualar el choque con un 6-1.
Quedaba uno y de nuevo serían las de Rodri Ovide las que llevarían la voz cantante, aunque no tan sueltas como en el anterior, pues las hermanas no entregaron el mando de manera tan directa y plantaron cara hasta que les duraron las fuerzas y el acierto, pues las rivales les llevaron al límite para salir victoriosas con un 4-6, 6-1 y 6-3 que, de nuevo, les lleva a pelear por un título, el que sería el tercero consecutivo del año para ellas.
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