Todas empezaron con el tanque de combustible lleno pero terminaron en la reserva, con poco gas en las piernas y muy cansadas. Dos partidos en la segunda sesión de cuartos de final y dos batallas épicas, de las que crean afición y no distinguen vencedores de vencidos en lo que respecta al nivel de decibelios de la grada, porque todos reciben aplausos por igual.
Eso es lo que ocurrió este viernes en ambos duelos, que se fueron más allá de las dos horas cuarenta y cinco minutos de carreras, intercambios, bandejas, voleas y saques para terminar con cuatro colosas casi pidiendo oxígeno en medio del griterío.
El día comenzó viendo saltar a la pista a Patty Llaguno y Virginia Riera contra Aranza Osoro y Victoria Iglesias, dos parejas que han crecido mucho este año y que querían seguir haciéndolo y el partido que ofrecieron fue colosal. Empezaron bastante mejor las segundas, no con una, sino con dos roturas de saque a su favor y con un 1-4 campeando en el marcador. Mucha movilidad y cierre de espacios para contraatacar los continuos globos y contraparedes de Patty y Vir, bien en defensa pero menos activas en ataque, lo que terminaron notando pese a maquillar ligeramente esta primera manga (3-6).
En la segunda salieron bastante mejor, ahora guardando las cuatro sus saques hasta el sexto juego (3-3); ahí, un pequeño arreón de Riera y Llaguno les puso dos juegos por delante gracias a un break, pero Aranza y Victoria recuperarían en seguida la desventaja para igualar todo de nuevo (5-5). Acto seguido, otra estirada en el choque de Llaguno y Riera les devolvía la cabeza del set, con otra rotura para poner el definitivo 7-5.
Quedaba el tercer capítulo, el gran desenlace y no podía tener mejor final que un tie break, y así fue. Lástima para Aranza y Victoria, quienes llegaron a estar 3-5 arriba pero no supieron ni pudieron cerrar el choque. Las de Neki Berwig sacarían fuerzas de flaqueza y, tirando de pundonor, pondrían las tablas en el marcador para el 5-5 y forzar luego el tie break, juicio en el que fueron mucho más efectivas y apenas dejaron jugar a las oponentes. Así, concluyó el choque con victoria para ellas por 3-6, 7-5 y 7-6 en medio de una ovación generalizada.
A falta de una batalla, dos. El segundo acto tuvo como protagonistas a Martita Ortega y Bea González frente a Ari Sánchez y Paula Josemaría, duelo de jóvenes que son toda una realidad.
Igualdad en el inicio del partido hasta la parte final del set, pues todo marchaba empatado en el décimo (5-5), errando las cuatro muy poco y no siendo capaces tampoco de herir a las adversarias, de encontrarles el punto débil. Ese partido de marcaje se convirtió en un tie break del que Ortega y González salieron vencedoras y significó que daban un paso muy importante para clasificarse.
Pero claro, delante tenían a la dupla nº2 del circuito y derribarlas no es fácil. A partir de entonces iniciaron su escalada hasta la cima de la remontada a pesar de que Martita jugó un partido imperial, de los mejores que se le recuerdan y Bea, como suele, era todo poderío y arrojos en ataque. Un solitario break de distancia en el noveno juego sería la llave que les daría a Paula y Ari el hueco suficiente para colarse en el set, lo único que marcaría las distancias, y que significó la igualada y el viaje al tercer set.
Un tercer set que fue igual que los otros, con paridad, midiéndose, sin buscarse en exceso las cosquillas hasta el tramo final, donde todo saltó por los aires. A trallazo limpio querían atacar y defender, destrozar la consistencia de las oponentes y llegar a semifinales. En esa disputa, Josemaría y Sánchez serían las que ahora, en el segundo tie break del choque, caerían de pie y vencerían, no dando un solo punto a sus contrincantes en un parcial perfecto para poner el 7-6, 4-6 y 6-7 que les metía en la siguiente ronda tras tres horas de intenso desgaste.
Las semifinales para este sábado quedan configuradas de la siguiente manera:
Mapi y Majo Sánchez Alayeto vs. Lucía Sainz – Marta Marrero (10 horas)
Patty Llaguno – Virginia Riera vs. Ari Sánchez – Paula Josemaría (16 horas)
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