Atrás quedaron esos partidos en los que había alguna que otra desconexión puntual que aprovechaban las rivales para hincarles el diente, atrás quedaron también esas derrotas sorprendentes y contra pronóstico. Atrás quedaron todas las dudas de un proyecto que se anunciaba como ganador total pero que hasta este momento, a pesar de haberse apuntado ya la manita de títulos, dejaba margen para las incógnitas.
Sin embargo, este tercer título ha cerrado todas las heridas que pudiera haber en Alejandra Salazar y Gemma Triay y ha dejado algo claro, que el proyecto ganador formado a principios de año está casi en su cima, en su mejor momento, en su punto álgido, con tres títulos seguidos y media docena ya en las vitrinas.
Esta vez sus víctimas han sido Virginia Riera y Patty Llaguno, que venían recuperando la regularidad mostrada a principios de año pero que ante las números 1 poco pudieron hacer.
Las de Rodri Ovide empezaron con un clarísimo 3-0 que ponía sobre aviso la final: venían a por todas y no iban a fallar más de lo necesario, por lo que la responsabilidad de recuperar las distancias estaba en el otro lado, pero ni podían ni les dejaron. Otro parcial tremendo de 3-1 ponía el cierre al primer envite con un claro 6-1.
En el segundo, Riera y Llaguno sí empezaban a enlazar sus golpes habituales, a ver con más claridad los huecos y a hacer algo más de daño; de hecho, empezaron conservando su saque y poniendo en problemas el de Ale y Gemma (40-30), pero a partir del 1-1 fue coser y cantar para ellas, pues rompieron al siguiente (2-1), ampliaron distancias con su servicio (3-1) y ya nunca perdieron la iniciativa.
Tomaron las riendas Alejandra y una inconmensurable Gemma para conseguir otro break más y poner el definitivo 6-1 y 6-4 que les confería la media docena de entorchados. Son aún más líderes, aún más fuertes y en septiembre se han mostrado intratables.
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