El pádel se sorprendió a sí mismo y a los espectadores de Cerdeña por lo que se pudo ver en los octavos de final del cuadro masculino. Una pena la falta de streaming porque en jornada así, ayudaría más que nunca a que este deporte terminara de contagiar a todos. Y es que, en días así, el espectáculo es MAYÚSCULO.
Especialmente la jornada de tarde fue tremenda y la pelea allí, encarnizada, porque nadie quería volverse a casa y eso significó, además de alguna que otra sorpresa, partidos muy, muy largos, un desgaste enorme para las piernas.
Empezó la sesión de tarde hablando brasileño con la presencia de Pablo Lima acompañado de Agustín Tapia y, al otro lado de la red, Lucas Campagnolo y Lucas Bergamini, quienes aprovecharon su mayor rodaje para empezar con alguna revolución extra que, sin duda, condicionó todo el partido.
Los ‘Lucas’ arrancaron concentrados y enérgicos y obligaron a Pablo y Agus a pasar de 0 a 100 sin medias tintas, pues pronto se vieron con un 0-2 en contra muy peligroso que se mantuvo hasta la parte final cuando, a pesar de contar con un 5-4 y saque para cerrarlo, no fueron capaces y vieron cómo resurgían Tapia y Lima para darle la vuelta completamente y forzar un tie break en el que fueron superiores.
El segundo arrancó con el brasileño y el argentino mejor asentados y ahora con un break a su favor para ponerse por delante y manejar, igual, pero Bergamini y Campa no se rindieron y lograron recuperar lo perdido y después ponerse por delante con otra rotura de servicio, devolviendo así libra por libra el golpe y empatando la eliminatoria (7-6 y 4-6).
Quedaba una última batalla antes de conocer al ganador y ahí hubo hasta sangre. Igualados hasta el quinto juego, donde se rompió la paridad en favor de Lima y Tapia (3-2), si bien era contestada rápidamente al otro lado de la red para volver a igualar y ya no separarse hasta un nuevo tie break que, otra vez, sería para los de Horacio Álvarez Clementi (7-6, 4-6 y 7-6), quienes respiraban jadeantes tras el esfuerzo pero se iban con la recompensa de la victoria.
En la pista central, se libraba otra batalla que terminó con gran sorpresa. Miguel Yanguas y Miguel Lamperti conseguían frenar y eliminar a Fernando Belasteguín y ‘Sanyo’ Gutiérrez; segunda vez consecutiva que los dos argentinos caen eliminados a las primeras de cambio, en octavos, aunque esta vez la batalla fue encarnizada.
El primer se lo dominaron a su antojo, siendo muy superiores y controlando los globos para que Lamperti no pudiera aparecer con su remate y también jugando pausado por el lado de Yanguas para bajarle el ritmo y las oportunidades de prenderle fuego al partido. Así, maniatando a sus dos rivales, Bela y ‘Sanyo’ se hacían con un break de diferencia y un 3-6 que les daba tranquilidad de cara al resto del choque.
Pero esa tranquilidad se esfumó cuando Yanguas y Lamperti volvieron del banco. Empezaron a conectar, a ser más valientes, a tirar con fuerza para delante y a vivir apostados en la red, desde donde se hicieron enormes y, a pesar de que el cansancio se les notaba más que a Fernando y a Daniel, sacaron fuerzas de flaqueza. Ritmo brutal para igualarse a todo hasta la sentencia del tie break, que por arrojo y valentía favoreció a los ‘Migueles’, quedando el choque así empatado de nuevo.
De nuevo pelea total sin guardarse nada en el tercero, ya con Lamperti con síntomas de calambre y cierta cojera que le impedía incluso saltar con normalidad a los remates (tuvo que ser atendido por los servicios médicos en la propia pista) y que al andar se hacía muy evidente, pero mordió labio y aguantó, aguantó estoicamente con una defensa numantina dejando que los destellos fuesen para Yanguas, aportando el joven un temple impropio de su edad ante un ‘Sanyo’ y un Bela que por más que tiraban desde todos los ángulos y se trabajaban los puntos no podían hacer diferencia en el marcador y, de nuevo en otro tie break, perdían todo lo conseguido y tenían que decir adiós al torneo (3-6, 7-6 y 7-6).
Mientras todo eso ocurría, en la pista 2 crecían y de qué manera Gonzalo Rubio e Iván Ramírez; en el tortuoso camino que están llevando este año, donde los resultados no terminan de acompañar, vivían su mejor partido de la temporada y ante Maxi Sánchez y ‘Lucho’ Capra conseguían sus primeros cuartos de final. Un premio enorme a los méritos de ambos que, en un partido muy completo, daban otra gran sorpresa.
Cogieron el mando al inicio y con su saque se fueron asentando cada vez más, especialmente al utilizar la pegada de ambos para hacer daño y aprovechar toda bola corta que, frenada por el viento, se quedaba por sus inmediaciones. Así, abrieron una pequeña brecha en el luminoso por la que entraron y cerraron la primera manga.
La segunda fue dominada casi en su totalidad por Maxi y ‘Lucho’, más lúcidos y ahora sí entrando en pisa con una actitud diferente, sacando ese juego aguerrido y peleón que este año les está dando enormes réditos. Así, fueron ellos los que se marcharon en pos del empate con dos breaks de ventaja y un rotundo 2-6. En el tercero, con los cuatro defendiendo su saque, llegaría la explosión de Rubio y Ramírez en plena calma.
Con el 2-2 dijeron »este es nuestro momento» y apretaron desde el resto para romper y ya no frenarse, colocando primero un 5-2 y sentenciando justo después con el 6-4, 2-6 y 6-2 definitivo. Victoria y alegría total en sus primeros cuartos de final.
Antes, por la mañana, la cosa estuvo ligeramente más calmada, aunque también tuvo momentos de sobresalto. En cuanto a lo primero fueron protagonistas Paquito Navarro y Martín Di Nenno, aprovechando los dos su buen momento y venciendo a Javier Valdés y Agustín Gutiérrez (6-2 y 7-5), quienes llegaban ya con los deberes hechos y con el simple encargo de disfrutar y ver si lograban rascar algo, pero ante esta versión de Paquito y Martín se necesita un punto extra. Marcador muy parecido obtuvieron Ale Galán y Juan Lebrón ante los siempre competitivos Jesús Moya y Edu Alonso, pareja que vivía sus últimos coletazos junta y que, aun así, peleó para dejarse ver y demostrar toda su calidad. Un 7-5 y 6-3 ponía en cuartos a los números uno y despedía, con todos los honores, a dos jugadores a los que hay que tener siempre en cuenta por su gran calidad.
‘Momo’ González y Javi Rico se llevaron el duelo familiar entre hermanos con José Rico y Víctor Ruiz al otro lado de la red. Se notó la diferencia entre ambas parejas, una ganadora y la otra que se rompe definitivamente para emprender nuevos caminos, una que sabe lo que es levantar título y que crece en cada choque y otra que en esta nueva etapa tampoco ha terminado de asentarse. Un 6-2 y 6-4 significaba la victoria para los jóvenes y la despedida final para Víctor y Josete.
Y para concluir la mañana y empezar a cargar la pólvora, quitando el duelo que no se pudo disputar entre Fede Chingotto y Juan Tello ante Ramiro Moyano y Uri Botello (por lesión en la rodilla de Uri), aparecieron Álex Ruiz y Franco Stupaczuk ante Javi Garrido y Juan Cruz Belluati. Show de pegadores y de pelea para empezar a anunciar lo que estaba por llegar.
Sorprendiendo a todos, Belluati y Garrido arrancaron con mejores sensaciones y poniendo en jaque la defensa rival pero, a pesar de conseguir un break y plasmarlo con cierto control en el juego, el caballo se terminó por desbocar a partir del cuarto juego. Ahí, Stupa y Ruiz tomaron las riendas y mucho más revolucionados, fueron minando y minando, picando constantemente, hasta hacer herida y poner un 6-3 en el luminoso.
Igual arranque en el segundo pero ahora sí, Juan y Javi supieron levantar la barricada de forma efectiva y no perdieron la renta, sino que incluso la ampliaron, y con el mismo marcador, eran ellos los que picaban y cogían cita para el tercero. Se venía el show.
La tercera entrega anunció espectáculo y lo tuvo. Mucha tensión, intensidad, golpes que buscaban las cosquillas…todo eso para seguir empatados y tener que llegar a la muerte súbita, siempre dichosa en su suerte y que esta vez favoreció al ranking. mejores Álex y Franco, lograron imponerse y cerrar la eliminatoria con 6-3, 3-6 y 7-6 y pidiendo la hora.
Los comentarios están cerrados.