La venganza es un plato que se sirve frío, o eso es lo que dice el refrán. No sabemos si lo comieron en frío o en caliente pero el caso es que Marta Marrero y Martita Ortega se tomaron cumplida venganza de lo que han sufrido en los últimos tiempos especialmente a manos de Alejandra Salazar y Gemma Triay, una dupla que les ha quitado el puesto de supremacía al que aplicaban.
En parte por culpa de las propias »Martas» (por un rendimiento menor del esperado) y en parte por el crecimiento de otras parejas, especialmente la de Gemma y Ale, Marrero y Ortega vivían una especie de travesía por el desierto que en los últimos torneos cada vez encontraba un camino más sencillo, más a favor, y que ahora parece haber llegado incluso a un inmenso oasis porque, contra pronóstico, lograban dejar fuera a las números 1.
Un partido de pelea milimétrica, de golpes al cuerpo, de buscarse siempre las cosquillas, empezaba con el dominio de las de Rodri Ovide, quienes llegaban a ponerse 4-1 y después 5-2, pero que finalmente veían como no sólo les igualaban sino que les rebasaban por la derecha y por la izquierda para colocar el empate a 6 y llamar a filas de desempate.
En la suerte dispar que siempre supone, Marrero y Ortega supieron controlar mejor los nervios y jugar con más entereza para llevarse el parcial.
Lejos de entregar las armas, Triay y Salazar siguieron con su gran repertorio de golpes en el segundo, intentando buscar la igualada y ofreciendo un partido de altos vuelos y de enorme disfrute para el público. Las cuatro lo dejaban todo en la pista y el choque caminaba hacia el mismo final hasta que una bola de oro con 4-5 para las de Carlos Pozzoni supuso el definitivo 6-7 y 4-6 y la venganza se veía en parte cumplida.
Un ciclón o, mejor dicho dos, fueron Delfina Brea y Tamara Icardo. En una de sus versiones más acertadas, autoexigentes, firmes y contundentes de la temporada, dibujaron sobre la pista del Casino de Estoril un partido prácticamente perfecto, de rúbrica clara y concisa sobre Virginia Riera y Patty Llaguno.
A las pupilas de Neki Berwig apenas se les vio en el rectángulo azul, siempre incómodas, sin su esencia habitual, siempre a contracorriente y recogiendo una y otra vez la bola del suelo en su campo; el jugar en outdoor no les vino nada bien y en su peor partido del año, cayeron derrotadas de manera rápida, con un resultado poco habitual dado el ranking y categoría de las cuatro. Un 6-0 y 6-1 que es muy sorprendente por muchos aspectos pero más todavía por el hecho de que Patty y Vir llegaban más descansadas tras no jugar en octavos.
Un golpe duro sobre el que tendrán que hacer ejercicio de conciencia y recuperarse pensando ya en la siguiente etapa.
Lucía Sainz y Bea González se medían a una de las parejas del momento, Carolina Navarro y Eli Amatriain, que venían de ganar en Calanda y por ello, con la moral muy alta, más teniendo en cuenta tras derrotar en octavos a las gemelas Sánchez Alayeto. El partido fue, por ello, de gran pelea, de intensidad, físico y muy medido en todos los golpes, con dos cerebros calculadores (Carol y Lucía) y otras dos jugadoras que buscaban una la sutileza y la otra reventar por pura potencia.
En esa gran mezcla, fueron poco a poco inclinando el partido a su favor Bea y Lucía, siendo mejores con el servicio y aguantando cuando por fin Carol y Eli encontraron la tecla y empezaron a recortar la diferencia. Pero eso fue demasiado tarde y el set ya tenía dueñas.
En el segundo, ya con las piernas empezando a notar la carga de partidos y de minutos de juego, Amatriain y Navarro no estuvieron todo lo acertadas que suelen ni en la recuperación ni en la consecución de las jugadas, y el choque se les iba escapando poco a poco, así hasta que se llegó al 6-4 y 6-3 final para Bea y Lucía.
Por último, Ari Sánchez y Paula Josemaría necesitaron unas cuantas tiritas, agua oxigenada y vendas para tapar la herida sangrante que les producían constantemente Victoria Iglesias y, sobre todo, Aranza Osoro, una herida por la que dejaron escapar el primer parcial cuando lo tenían en gran medida controlado.
Cuando el choque marchaba igualado y con las »bajitas» llevando el timón, apareció la argentina para poner todo patas arriba y encargarse, junto a intermitentes destellos de calidad de su compañera andaluza, de quebrar el saque de Ari y Paula y llevarse la primera manga. Eso sí, a partir de que volvieran del banco, apenas volvieron a ver el partido con comodidad. Como si la bola les quemase, fueron poco a poco apagándose y devolviendo sin mordiente, sin su habitual hambre, al tiempo que las chicas de Gustavo Pratto no hacían sino afianzarse con su servicio y apretar siempre al resto.
Por ahí pasó su recuperación, por ahí y por conseguir varios puntos de oro seguidos que les dieron ventaja (más si cabe en el tercero) y les permitieron igualar y después darle la vuelta a todo hasta el 7-5, 3-6 y 1-6 definitivo. Una victoria con sufrimiento pero de las que sirven para crecer.
De esta forma, las semifinales quedan de la siguiente manera:
Marta Marrero y Martita Ortega vs. Delfi Brea y Tamara Icardo (10 horas)
Lucía Sainz y Bea González vs. Ari Sánchez y Paula Josemaría (17 horas)
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