Fue esta final masculina del Málaga Open un duelo ENORME de pádel, especialmente en el segundo set. Se medían la pólvora de Paquito Navarro y Martín Di Nenno en línea creciente, contra Pablo Lima y Agustín Tapia, una pareja renacida y que llegaba con bastante más descanso.
Las dos parejas contaban por igual con bombardeo aéreo y juego a ras de red, potencia y control, sangre caliente y temple para los momentos más tensos, y ese choque de trenes comenzó.
Y lo hizo con mejor inercia para Lima y Tapia, empujados por la gloria de haber conseguido el título hace apenas dos semanas, haber recompuesto su línea de trabajo y encontrar un camino que seguir y que les lleva al éxito, mientras que Paquito y Di Nenno buscaban esa gloria tan necesaria para un proyecto ganador como el suyo pero que se tropezó con un break de inicio que les puso rápidamente por debajo (2-1).
Pero Paquito hizo pie rápidamente y logró enmendar el error devolviendo la rotura en el servicio de Tapia y poniendo la igualdad en el marcador (2-2). Sin embargo, acto seguido y sin tiempo para el descanso, llegaría otro break, el tercero del set, para los de Horacio Álvarez Clementi, que se pondrían en ebullición y cual cohetes, se fueron directos a la consecución del set. Defensa imperial de Lima y agresividad extrema de Tapia llegando a todos los lados de la pista para un 6-2 que significaba poner las alarmas para el andaluz y el argentino.
Llegó así el descanso y luego la vuelta a la pista, encendiéndose el partido por completo. Apareció la candela de Paquito, esa que le hace gritar con cada punto conseguido, que el público aplauda, se una aún más al espectáculo y que el pádel sea ese deporte que enamora sea quien sea la dupla que sigas.
Acciones increíbles a uno y otro lado de la pista que significaban un break para el español y Di Nenno (2-4) al paso por el ecuador del set. Muy cerca de forzar la igualdad, la reacción de Lima y Tapia fue espectacular, y consiguieron igualar la muñeca desencajada de Paquito para devolver la paridad al marcador y forzar posteriormente, tras un final apoteósico de set (5-5) con varias bolas de break y puntos de oro que no se terminaron de rubricar, la muerte súbita.
En ella, el público coreó un nombre que se echó el duelo a las espaldas, el del joven Martín Di Nenno, poniendo todo de su parte para dejar con numerosas opciones de forzar un tercero (5-4, 6-4), tirando bandejas muy potentes tanto a Pablo como a Agus que lograban que un abarrotado Martín Carpena le coreara y aplaudiera. Pero había un problema, Tapia estaba a lo suyo, reventando cada bola que caía por su lado o por el de su compañero, devolviendo a bote pronto, estirándose para hacer una contra…lo que hiciera falta con tal de seguir en la brecha. Del 6-4 a favor de los de Rodri Ovide se pasó en el tie break a un 7-8 que se cerraba con un punto más ¿de quién? de Tapia, quien de revés y a la contra tras un remate de Paquito desde el fondo, mandaba la bola fuera de la pista y se tiraba al suelo de rodillas festejando.
Dos finales seguidas y dos títulos (6-2 y 6-7) y la confirmación de que se unen a la pelea en lo más alto del ranking. Ojo con el cañón brasileño y su joven acompañante, que han llegado para quedarse.
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