Era el partido soñado, el de las dos parejas más en forma y mejores del ranking. Las números 1 de la clasificación y las números 1 de la Race 2021, frente a frente. Se veían en la final del Master de Valladolid Alejandra Salazar y Gemma Triay contra Ari Sánchez y Paula Josemaría, dos estilos agresivos y con aroma de campeonas.
Pero solo una pareja podía ganar y en ese duelo en la cumbre rindieron más y mejor las primeras, Ale y Gemma, dejando atrás las desconexiones que habían tenido en otro momento, exhibiendo físico, pegada y resolución en todos sus golpes para no dejarse ir en ningún momento, mandar de principio a fin y dejar con muy pocos recursos a una pareja que ante todo es eso, imaginación y golpes imposibles.
En el tercer juego ya estaban por delante las de Rodri Ovide, logrando un break que les dio mínima ventaja y que posteriormente se ampliaría con otro más en un punto de oro que significaría el 6-3 que cerró el primer set.
Y es que si unas estaban jugando bien, las otras lo hacían mejor todavía y ni Paula ni Ari eran capaces de »meterle mano» al partido. Por más que tiraban de todo, abrían espacios, bajaban la velocidad de bola o la aumentaban, no lograban encontrar huecos en la defensa que la madrileña y la menorquina habían trazado y que, de nuevo, a la vuelta de los banquillos, les daba otro break.
Ese primer golpe lo notaron ya en demasía la extremeña y la catalana, que bajaron los brazos unos minutos y en seguida se vieron con un 5-2 abajo en el marcador, una distancia que únicamente pudieron maquillar en el siguiente juego rompiendo el saque de Gemma Triay, a lo que le siguió un contrabreak en el servicio de Josemaría para poner el segundo 6-3 en el marcador.
Segundo título del año para ellas, consolidación en lo más alto y vuelta a los éxitos para una pareja que necesita de ellos como el comer, pues se construyó para domingos así.
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