Un partido enorme, de cuatro colosos, de dos parejas con ADN ganador. Unos lo han demostrado sobremanera con unos cuantos títulos en su palmarés, siendo los números 1 y una de las duplas más complicadas de batir por el pádel que realizan; los otros aún tienen que hacerlo, pero su crecimiento año a año es descomunal, instalados sobradamente entre los mejores, entre los Maestros, y candidatos siempre a pesar de que este año todavía no habían terminado de brillar.
Pero ahora en Valladolid, han encontrado su hábitat natural, el culmen de su pádel. Juan Tello y Fede Chingotto han sido capaces de ganar y convencer, de sufrir y salir airosos ante Juan Lebrón y Ale Galán, una pareja bomba que no te deja hacer, respirar ni en ocasiones jugar, y que ante los argentinos, aunque jugaron a un nivel altísimo, no fueron capaces de vencer.
Con el calor reinando en la central de Valladolid, se daban cita tres pegadores y un jugador de los mejores en el drive, de los que manejan la pelota a su antojo, bloqueando siempre muy bien en la red, y abriendo el campo una y otra vez con ángulos imposibles.
Así empezó el partido, con opciones para Juan y Fede de adelantarse con dos bolas de break en el tercer juego, que salvarían Lebrón y Galán en el punto de oro. Otra ocasión para ellos en el séptimo juego y ahora sí, premio, y adelanto en el marcador. Ese break supondría el punto de inflexión y la distancia definitiva para que se fuesen directos a por el primer set sin que los españoles pudiesen contrarrestar su intensidad ni acierto.
En el segundo set, la igualdad sí que se mantuvo y mientras que unos buscaban abrir distancia en el marcador (los de Mariano Amat) jugando mucho más por abajo para evitar los remates en salto del ‘Gato’ Tello, enfrente buscaban causar daño con bolas pesadas, que provocasen agacharse mucho y sufrir pegados al cristal. Así se fueron midiendo una y otra vez, punto tras punto y juego a juego hasta que en el sexto lograron romper Ale y Juan para después con su saque tocar la igualada (5-2), pero entonces la reacción de los de Gaby Reca fue sublime. Respondían Chingotto y Tello con un doble contra break para poner el 5-5 y aumentar más si cabe la tensión en la pista y en la grada.
Más aún al llegar los cuatro al tie break, donde los argentinos daban el mazazo definitivo y con una dejada muy plástica a la par que efectiva del ‘Superratón’ Chingotto, lograban la clasificación para la gran final ante los todopoderosos números 1 (4-6 y 6-7).
Y en la otra semifinal, también sorpresa. Es verdad que llegaban con más batallas en las piernas Fernando Belasteguín y ‘Sanyo’ Gutiérrez, y en el caso del primero, con el físico bastante justo por su lesión, pero también es cierto que Maxi Sánchez y ‘Lucho’ Capra no entraban en ninguna quiniela tras el rendimiento que habían ofrecido hasta ahora; quizá no eran sus condiciones óptimas pero en Valladolid se están rebelando y de qué manera.
Fue, a todas luces, un partido igualadísimo, con dos parejas muy rocosas que se midieron una y otra vez, que se tiraron de todo y defendieron como colosos y en el que todo se decidió por escasísimos detalles. De hecho, el primer set, tras un toma y daca constante, se decidió por un solitario break de diferencia en favor de Maxi y ‘Lucho’, lo que obligaba a remontar a los »veteranos».
Salieron del banquillo con esa idea y, animados por la estrategia de Claudio Gilardoni, fueron paso a paso creciendo y obteniendo cada vez más ventaja. Tiraban bolas muy profundas, globos al último centímetro de la pista y montaron la tienda de campaña en la red, donde se ganan los partidos. Así, con voleas muy precisas, fueron percutiendo la defensa imperial de Capra a la par que impedían que por arriba Maxi hiciese gala de su pegada, receta que les valió para obtener dos breaks de diferencia para hacerse con el segundo envite e igualar todo.
Quedaba el tercero y último, ya cayendo la tarde-noche en Valladolid, y las tornas se volvieron por completo. Esta vez eran los de Severino Iezzi los que encontraron más ánimos y mejores ingredientes para conseguir la fórmula del éxito, a pesar de que en el inicio volvieron a estar muy parejos en sus números; de hecho, no fue hasta el octavo juego cuando Maxi y ‘Lucho’ conseguirían el break que abriría todas sus opciones. No lo desaprovecharon y calcando los números de la manga anterior, se metieron en su primera final como pareja (6-4, 3-6 y 6-3).
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