Se convertían Ari Sánchez y Paula Josemaría en las primeras maestras de la temporada y primera pareja bicampeona del cuadro femenino.
Y todo ello, tras campar a sus anchas en la final, ofreciendo un ejercicio de pádel espectacular, con una versión a la que no nos tenían acostumbrados, pues han cambiado en este torneo su habitual pádel eléctrico y de rápidos intercambios por un mayor volumen, por más amasamiento de bola y por fabricar puntos más largos, podría decirse que incluso calcando el pádel de sus oponentes, Patty Llaguno y Virginia Riera.
Porque ya se sabe que Patty y Vir hacen del sufrimiento su modus operandi, tirando globo tras globo y siendo capaces de ofrecer, cuando menos lo esperas, ramalazos de enorme calidad que convierten el partido en un caos del que salen victoriosas, pero esta vez no tuvieron frescura, claridad de ideas o, simplemente, no estaban cómodas en el 20×10, porque en apenas 40 minutos, las más fieles representantes del »tiki-taka» ya mandaban con solvencia y claridad meridiana. Con el mono de trabajo puesto, se fueron haciendo hueco en el marcador, ampliando cada vez más la ventaja y dominando también los puntos de oro (4 de 4) para anotarse un 6-2.
Continuó la inercia en el segundo, sin ideas desde el banco de Neki Berwig sobre cómo meterle mano al partido a pesar de, esta vez sí, aguantar su saque. Y quizá esa fue la clave que les permitió durante unos cuantos minutos, respirarles en el cogote a Sánchez y Josemaría, pues se mantuvieron pegaditas hasta el 3-3, con menos errores y algo más de convicción. Pero desde el séptimo juego, les hicieron desaparecer con otro paso delante de las jóvenes.
Volvieron a esgrimir pegada, grandes aperturas de ángulos y a tomar más riesgos que les dieron beneficios, así como el quinto punto de oro del choque que también cayó de su lado. Cambio de marcha y todo recto hasta el final, con el motor hiperrevolucionado y con un 6-2 y 6-3 que les convertía en vencedoras en Puente Romano, en parte contra pronóstico ante la presencia de otras parejas con mayor poderío físico y de remate. Pero estas »locas bajitas» se suben al carro de las parejas top y, por el momento, son las más laureadas del año antes de viajar a Valladolid, la tierra de Paula Josemaría.
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