Para sentarse en la grada o en el sillón de casa, frente a la tele o el ordenador y disfrutar. Así fue este sábado de semifinales en el Adeslas Madrid Open. Vaya dos partidos nos dejó el cuadro masculino. Qué manera de jugar, de levantar al público de sus asientos y de sentar cátedra de pádel.
Ocho jugadores que dieron un nivel altísimo y que demostraron que todos querían estar en la final de este domingo.
La primera semifinal ponía en órbita a Franco Stupaczuk y Álex Ruiz ante Pablo Lima y Agustín Tapia, duelo inédito de aspirantes con potencia y muchísima calidad.
No cabe duda que en este torneo se está viendo la mejor versión del jugador malagueño, la que hace no años despuntó en la élite pero que en parte se había perdido por el camino. No así en este inicio de 2021.
A Stupa, por el contrario, al que acostumbramos a ver en la parte alta, parece más suelto, sin tanta presión como la que tenía con Sanyo, y quizá por ahí esté pasando su efectividad, su versión 2.0 o como prefieran llamarlo. El caso es que está siendo el torneo de estos dos »tapados» que han ido de menos a más y sin llamar demasiado la atención de los focos hasta que se consagraban venciendo a los n1 y ahora, que han logrado imponerse a otra pareja de enjundia.
Ante Tapia y Lima jugaron un partido muy parecido al de cuartos. Dos primeros sets muy igualados, con mínimas distancias debido a que ambas parejas mantenían con seguridad su saque y únicamente con la diferencia de un break en el tercer juego se solucionó la desigualdad, en este caso en favor de los de Carlos Pozzoni.
Locura de pádel en el segundo. Break en favor de Franco y Álex, de nuevo por delante, ventaja mantenida todo el set hasta el décimo juego, en el que una revisión de vídeo les daba la razón a sus rivales y les quitaba la bola de partido al andaluz y al argentino. Ello desembocaría en un tie break delicioso para el espectador que se llevarían Lima y Tapia, citándose para el tercero.
Y aquí, al igual que en cuartos, Stupa y Ruiz no encontraron oposición. Se vinieron arriba y se soltaron la melena sumando un punto tras otro, un juego, y otro, y otro más hasta casi cerrar el parcial perfecto (6-4, 6-7 y 6-1) y encaramarse a la pelea por el título.
Otro enorme partidazo es el que vivimos entre Miguel Lamperti y Arturo Coello ante Fernando Belasteguín y Sanyo Gutiérrez. Un duelo de tiros a quemarropa entre tres veteranos y un joven (justo al contrario por edad del vivido por Lamperti y Coello en cuartos ante Ramírez y Yanguas) llamado a cosas enormes en este deporte.
Las cualidades de Coello, su aplomo en los momentos tensos de juego, su efectividad aérea y la calma con la que parece navegar en pista fueron el complemento perfecto a un rejuvenecido Lamperti que corría por la pista, remataba, voleaba y se convertía casi en un jugador total. Pero delante tenían dos colosos que les plantaron cara con iguales sensaciones y con mucha contundencia.
Sanyo y Bela llegan este año a por todas, pues el ‘Rey’ quiere recuperar su trono y Sanyo estar en lo más alto y desde el inicio se pusieron a ello. En un partido inédito, eran favoritos los dos argentinos, pero sobre el papel pocas cosas quedan dichas, hay que demostrarlo en la pista y ahí hubo una paridad absoluta. Y eso que Arturo y Miguel comenzaron mejor, con un 3-1 que les ponía por delante y que se convertiría en un 5-2 que parecía definitivo, pero decir que Bela está vencido son palabras mayores.
Tirando de garra y acompañado de los ramalazos de genio de Sanyo, le daba la vuelta al marcador, maniatando a los oponentes, rompiendo la inercia y haciéndose finalmente con la primera manga (5-7). Un ejercicio de fortaleza mental como tantas veces le hemos visto hacer.
Segundo set y misma intensidad en los cuatro. Se ponían otra vez por delante los chicos de Mati Ortiz (3-2) y con el saque del jugador de Pehuajó desaprovechaban no una ni dos, sino hasta cuatro bolas de break, algo que pagarían teniéndose que ir finalmente al tie break. Allí, en esta suerte dispar, tendrían ocasión de cerrar el set a su favor con 6-4, pero cometieron dos errores y se puso el marcador 6-6; otra oportunidad con 7-6 y ahora sí, a pesar de las carreras de Lamperti por toda la pista, Sanyo sentenciaba con un remate al que no llegaba en el retroceso de la bola Coello, ya con su compañero por el suelo. Premio para los de Miguel Sciorilli con la clasificación para su primera final (5-7 y 6-7), pero los aplausos fueron para los cuatro.
Duelo que viviremos este domingo no antes de las 12 del mediodía. Prepárense, porque habrá espectáculo del bueno.
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