Han superado todos sus registros previos, su máxima cota de triunfos y son, ahora con más superioridad si cabe, los números 1. Ale Galán y Juan Lebrón han cosechado otro entorchado, el Alicante Open, llevando por bandera en esta ocasión las remontadas, sufriendo más que en otras ocasiones, pero también sabiendo salir a flote, meterle revoluciones a sus piernas y terminando por sacar esa versión demoledora a la que nadie parece dar caza.
Sus rivales, Franco Stupaczuk y Sanyo Gutiérrez, demostraron una vez más su crecimiento como pareja, el que cada vez son más completos y que saben reponerse de las derrotas y aprender. Si en Barcelona claudicaron en dos sets de manera muy rápida, a orillas del Mediterráneo de nuevo se adaptaron mucho más y exprimieron más el pádel de Galán y Lebrón, sacándoles incluso de punto en la ascensión a la cima del título, al menos en el primer set.
Tanto apretaron de inicio que pusieron rápidamente y sin casi tiempo para que se posase el partido, un 1-4 en el marcador, que dejaba claro que no querían entregar la final con facilidad y que lo iban a pelear todo. A pesar de esa cómoda ventaja, con la que cualquier otra pareja prácticamente hubiese entregado el primer envite, Galán y Lebrón reaccionaron, recuperaron uno de los breaks, aseguraron su saque y se acercaron hasta el 4-3, pero supieron los argentinos frenar en seco la hemorragia y volvieron a apretar a fondo para finiquitar la primera manga (4-6).
A partir de ese momento, las palabras de Mariano Amat calaron hondo en sus chicos: movilidad, activación, intensidad. Un mantra que se repitieron una y otra vez para subirle velocidades al partido, frenar en seco la producción de Stupa y Sanyo y abrir el partido, logrando ahora ellos la rotura de servicio y golpear con la misma moneda (6-3).
Quedaba un set, el definitivo, y lejos de gestarse a fuego lento, con cautela, siguió el toque de corneta del andaluz y del madrileño, dispuestos a prenderle fuego a la central alicantina. Respondieron con igual intensidad los de Carlos Pozzoni para aguantar hasta el noveno juego, momento en que de tanto ir el cántaro a la fuente…se desniveló el choque. Break para Galán y Lebrón, ligera ventana de oportunidad y choque cerrado (4-6, 6-3 y 6-4). Final de la batalla, con triunfo para los favoritos.
Pero, como dice Juan Lebrón, tenemos que ser un poco más listos y darnos cuenta. Parece que ser que lo que todos vimos, exigir a su compañero por ciertas acciones o del partido tras las semis, él lo vio de otra manera, y fue simplemente una petición de intensidad y actitud, algo que Galán pone siempre pero que parece que él fue quien que no lo vio. El caso es que llevan seis títulos, su máximo en una temporada, y quieren seguir aumentando la lista de conquistas.
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