Hubo que ponerse el traje de remontadas, el de trabajar duro, despacio y asentándose en la pista, para poder sacar los dos partidos adelante. Los máximos favoritos en cada choque tuvieron que tirar de paciencia, de trabajo en equipo, de juego combinado y, sobre todo, de tenacidad, para ser capaces de darle la vuelta a dos enfrentamientos que se les habían puesto cuesta arriba.
Y es que en las dos semifinales se adelantó en el primer set la pareja »menos favorita», la que teóricamente contaba menos para estar en la final pero que, nombre por nombre, tenía la misma calidad que la favorita.
En el primer choque fueron Paquito Navarro y Pablo Lima los que dieron el susto ante Sanyo Gutiérrez y Franco Stupaczuk. Los cuatro, con suma eficiencia en sus duelos de octavos de final y de cuartos, sin ceder un set, demostrando poderío y recursos pero con un histórico 2-0 en favor de los argentinos que había que maquillar.
Así, salieron Paquito y Pablo dispuestos a poner tierra de por medio y a imponer su potencia, logrando un 2-0 inicial que volvería a la igualada en el décimo juego, cuando los de Carlos Pozzoni recuperaban el break y dejaban el partido en tablas. Sin embargo, Lima y Navarro conseguían en la parte final otro break más para colocar el primer set en su bolsillo.
Con el objetivo de mantener el pulso del partido y de seguir dominando, Paquito y Lima calcaron su anterior salida y se anotaron otra rotura más que, no obstante, iba a quedar devuelta rápidamente por los rivales y así, en tablas, llegaron al séptimo juego, donde esta vez eran Stupa y Sanyo los que decidían adelantarse y poner tierra de por medio hasta igualar la contienda (1-1).
Ahora la inercia estaba de su lado y no dudaron en exprimirla al máximo, teniendo en cuenta las ligeras dudas que parecían crecer en el banquillo de Horacio Álvarez Clementi y los suyos, quienes no terminaban de conectarse al duelo y volver a su mejor versión. Dos breaks más para Sanyo y su joven compañero que significaba el partido cerrado a su favor (5-7, 6-3 y 6-2) y un parcial de 3-0 en sus duelos directos.
Galán y Lebrón demuestran que saben sufrir
La otra semifinal, más de lo mismo. Excelente imagen de Maxi Sánchez y Martín Di Nenno, renacidos en este torneo y con su nombre apuntado de cara al futuro. Este año no les queda mucho para lucirse, pero el que viene…ojo con ellos.
Ale Galán y Juan Lebrón vivieron un inicio complicado, como en octavos, cuando tuvieron que remar mucho para sacar el partido adelante y remontar para superar lo que habían planteado de inicio los argentinos, mucha rapidez, acciones rápidas y constantes subidas a la red. En un arranque algo temeroso por parte de Galán y Lebrón, un break en el tercero daba la iniciativa a Sánchez y Di Nenno que verían cómo acto seguido les igualaban respondiendo rápido pero ellos a su vez, en el sexto juego, volvían a conseguir otro y ya anotaban un 2-4 que sería definitivo para cerrar después el primer parcial con 4-6.
Reacción de galones de los números 1, rompiendo el saque de Maxi y Martín en el inicio del segundo set y poniendo el 3-0 en el marcador. Dominio total con más roturas de servicio y un ritmo vertiginoso al que no llegaban los de Rodri Ovide, que veían cómo se les escapaba la renta conseguida y tenían que volver a empezar de cero en el tercer episodio (6-3).
Un tercer episodio en el que Lebrón y Galán irían un paso más allá en cuanto a efectividad, poniéndose la piel de dominadores totales y pasar en el marcador del 0-0 inicial al 5-0, todo un monólogo de pádel que solo encontraba respuesta en el sexto juego (5-1) para después claudicar totalmente y darles una nueva final a Ale y Juan (5-7, 6-3 y 6-1).
Eso sí, al terminar, las caras de ambos reflejaban tensión, quizá achacándose cosas, algo que todos pudimos ver en la retransmisión y al ser preguntados en directo. Y es que la presión a la que te somete Lebrón con su juego, acciones y comentarios, no siempre es fácil de digerir y en ocasiones puede crear roces. Se acabaron abrazando, dando la mano y sonriendo, pero esos momentos deben ser tratados con cautela y, siempre que se pueda, de puertas para adentro.
Ya tenemos pues la final dispuesta. En el segundo turno de la mañana, Ale Galán y Juan Lebrón ante Franco Stupaczuk y Sanyo Gutiérrez.
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