Eran candidatas máximas al título, cabezas de serie número 1 y refrendaron esa condición. Virginia Riera y Sofia Araújo desplegaron un ritmo vertiginoso desde el comienzo del cuadro final y fueron pasando ronda tras ronda sin quitar el pie del acelerador hasta el final.
Manzanares Otón y Sánchez Vigueras fueron sus primeras víctimas, superadas ampliamente por 6-0 y 6-2, para después eliminar en octavos a Celeste Paz y Gala León (6-2 y 6-2). Ya en cuartos de final subieron un escalón más en cuanto a prestaciones y ante otra pareja que conocen bastante del circuito profesional, Ángela Caro y Nuria Rodríguez, salieron muy concentradas y sin cometer apenas errores para vencer por 6-1 y 6-3.
Quedaban por delante dos partidos, primero ante Anna Cortiles y Jessica Castelló, otra dupla de sobra conocida del circuito profesional y del circuito federado tanto valenciano como catalán, a las que dejaron fuera por un doble 6-4.
Y en la final, se veían con Tamara Icardo y Sandra Hernández (imbatidas desde el primer partido y cediendo solo un set en las semis ante Carla Mesa y Bárbara Las Heras por 6-2, 5-7 y 6-4) en un partido en todo lo alto, las números 1 contra las números 2 y eso se notó en el discurrir del choque.
Se midieron en un principio muy igualado hasta que un solitario break decantó el balance del primer envite, dejando por delante a la portuguesa y a la argentina. Salieron al segundo set con las mismas sensaciones, sin que ninguna de las dos parejas pudiese separarse en el luminoso, atacando y defendiendo a partes iguales, contestando a los golpes que llegaban del otro lado de la red.
Eso provocó que se citasen para un tie break final que resultó favorable de nuevo a Virginia y Sofia, logrando así el segundo set y el ansiado título. Una enorme final entre las cuatro, lástima que el título solo fuese para dos de ellas.
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