Pocas veces en un partido de pádel, y mucho menos en una final, el que pierde y se queda sin victoria tiene algo que festejar, algo quizá tano o más importante que aquel que gana, pero en esta ocasión ha sido así.
Paquito Navarro, el jugador andaluz, ya puede decir a todas luces que es el número 1 del mundo, un sueño que perseguía desde su juventud, desde sus primeros golpes con la pala, un sueño que ahora, a sus 30 años, es toda una realidad. Paquito navarro se ha hecho mayor, más maduro, un jugador más completo, pasando de ser Paquito a ‘don Paco’.
El sevillano lograba en México, la tierra que vio nacer al pádel, el puesto más alto de la clasificación, desbancando a su propio compañero, Juan Lebrón (quien lo lograra hace una semana), de esa posición.
El ‘Duende de Sevilla’ era todo felicidad a pesar de perder la final ante Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez, ya que certificaba que esta temporada concluirá como gran rival a batir, con cinco títulos en su haber en 10 finales y una efectividad de más del 80% de victorias (58 partidos jugados y 47 ganados).
Con este claro mensaje de agradecimiento, Navarro ofrecía sus sensaciones a sus fieles seguidores en Facebook:
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