Un duelo colosal, de altura, cinco estrellas. Un partido que hacía honor a los cuatro jugadores que había sobre la pista, que plasmaron sobre el 20×10 un espectáculo digno del lugar en el que se jugaba: su origen, el país que le vio nacer.
México se frotaba las manos tras ver el crecimiento de su niño bonito, su producto nacional, ese que emigró hace tantos años para volver ahora mucho más maduro, crecido, sabedor de su potencial y atracción, con unos actores muy diferentes pero con la esencia que pretendía desde sus inicios: divertir y sorprender.
Y a estas dos últimas cosas se dedicaron, por un lado, Paquito Navarro (desde hoy ya número 1) y Juan Lebrón, y por el otro Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez. Dos parejas con alma de líderes, sabedoras de lo que es estar en la cima, con dos estilos muy marcados y diferentes: unos todo talento y libertad total de movimientos; los otros, sacrificio, seriedad en la pista y trabajo constante.
En esta ocasión venció la última receta, con un marcador de 7-6, 6-7 y 2-6 que lo dice todo: la batalla fue espléndida.
En la tierra de don Enrique Corcuera, inventor de este maravilloso deporte, comenzaron los cuatro con una intensidad enorme a pesar del calor, un duelo de tú a tú imponente en el que todos querían despegarse en el marcador para coger aire y ver todo con otro punto de vista, el del dominio. Los primeros en conseguirlo eran Sanyo y Maxi, nada más comenzar, llevando esa diferencia a su favor y aumentándola progresivamente hasta el 3-5 que parecía definitivo, pero tiraron de épica los españoles y lograron igualar a seis y citarse para el tie break. Primera bala perdida de Sanyo y Maxi. La segunda llegó en el desempate donde, tras remontar un 1-4, se pusieron 4-6 y saque y lo volvieron a perder. Y una más, la tercera, con 6-7 y saque de Maxi para perder dos bolas seguidas y que Paquito y Juan remontaran hasta el 9-7 y se llevaran el primero.
El segundo empezó de nuevo con los ‘Maestros’ por delante pero ya no hubo tanta diferencia y las dos parejas estuvieron igualadas en cada saque (1-1, 2-2, 3-3…) hasta que tuvieron que verse las caras en otro tie break que ahora caería para los de Horacio Álvarez Clementi, también remontando, pero con mayor claridad (3-7).
El tercer set empezó con un claro 0-2 con rotura y un paso adelante importante de los ‘Maestros’, ventaja que se ampliaría en el siguiente saque de Navarro, poniendo Maxi la guinda a un comienzo en el que parecían con un puntito más de físico y de mordida.
El 0-3 puso en alarma a los andaluces que intentaron reponerse e incluso contaron con una bola de break en el siguiente, pero no la consiguieron. Por el contrario, los argentinos hacían el 0-4 y ya sí que desde el banco de sus rivales, empezaron a achicar agua, que entraba por todos lados: ya no había margen de error.
Tocaba sufrir y remar a la contra, con un Lebrón que parecía desaparecido en combate, con las pilas muy justas, sin ese juego eléctrico que le es característico. Paquito intentaba sostener a la pareja y conseguía, con el saque de su compañero, hacer el primer juego (1-4).
Al juego siguiente, Sanyo abusaba de un Lebrón totalmente desconectado (1-5); quizá el cansancio acumulado le había dejado seco, sin energía, y no podía mantener el ritmo de juego, demasiado estático para lo que en él es habitual. Del 1-5 se pasó al 2-5 que parecía resucitar ligeramente a los españoles pero nada más lejos de la realidad, pues un inconmensurable Maxi Sánchez sentenciaba con dos puntos el último juego. Una bajada de pared que no podía defender Lebrón les daba el título, quinto del año para ellos, para demostrar que han perdido el número 1 pero que son una pareja muy complicada de batir.
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