Se reeditaba la final de París y aunque el guión del partido fue completamente distinto, jugándose a dos sets, el resultado final fue el mismo: victoria de Bea González y Delfina Brea. Dos finales y dos títulos para ellas.
La mayor experiencia de sus rivales, Carolina Navarro y Cecilia Reiter, volvía a ser su principal obstáculo para levantar el trofeo pero, al igual que en tierras parisinas, el empuje de la juventud obtuvo premio mientras que Carol y Ceci volvieron a quedarse a las puertas pero…ya se sabe que quien no juega una final no la puede perder nunca y aunque llevan dos, están consiguiendo buenos réditos a final de año, lo que demuestra su crecimiento.
Saltaron a la pista las dos parejas favoritas de este torneo, las cabezas de serie número 1 y número 2, si bien las primeras tuvieron varias marchas más en el motor y empezaron lanzadas, consiguiendo dos roturas de servicio que al inicio pesan, y mucho, y les envalentonó para irse directas a por el primer set, que consiguieron por la vía rápida en poco más de media hora.
En el segundo, Carol y Ceci tiraron de años en pista, de partidos a las espaldas, para intentar la igualada cuanto menos e irse al tercero. Se pusieron 2-0 y parecía que el viento soplaba a su favor, pero Bea y Delfi no habían dicho su última palabra. Apretaron desde el fondo para ir creciendo en el partido y devolvieron las tablas al marcador.
El partido se volvió un tira y afloja constante hasta el 4-4, la parte final, en la que los nervios más templados tienen que estar y ahí, los de las jóvenes, estuvieron con 0 pulsaciones. Ventaja con su servicio y break, dos juegos seguidos, y doblete este año (2-6 y 4-6). Dos de dos en los últimos Challenger y confirmación total de un proyecto que nacía no hace muchos meses pero que ya se ha consolidado y ojo, porque viene el Wopen y pueden seguir sumando.
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