Un gran duelo, inédito por otro lado, se anunciaba en la final femenina de Madrid. Cuatro palas que imprimen un juego de desgaste y trabajo a partes iguales: Ana Catarina Nogueira y Paula Josemaría por un lado, y Eli Amatriain y Patty Llaguno en el otro. Las más pura esencia de que la constancia da sus frutos.
Empezó el partido con un punto extra de velocidad por parte de Nogueira y, sobre todo, de Paula Josemaría, muy activa y acertada, buscando no alargar en exceso los puntos (territorio en el que Patty y Eli se mueven como pez en el agua) y logrando un tempranero break (2-0) a base de soltar el brazo.
Del 2-0 se pasó al 2-3 con Eli y Patty enseñando una vez más (y van…) su modo remontada, combustible diésel ‘made in Neki Berwig’, siempre con calma pero muy efectivo, volviendo a recuperar el sitio y las riendas del partido.
Pero Paula seguía a lo suyo, descerrajando cada pelota que llegaba a sus alrededores y causando estragos, tantos que fue sumando y sumando hasta cerrar el primer set (6-4).
Igual que el primero, el segundo empezó con break a favor de la lusa y la extremeña, candela viva, muñeca caliente (2-0), jugando como en el patio de su casa, pádel de calle.
Aunque se volvieron a acercar Patty y Eli (4-3), nada impedía que cualquier globo que llegase al lado de Paula volviese con veneno. Modo MVP (lo consiguió al final merecidamente) para una jugadora que lleva sobresaliendo desde hace varios torneos (lleva ya tres finales esta temporada) y que vuelve a refrendar su condición de revelación este año.
Dos juegos más a su favor y final cerrada (6-4 y 6-3). El cuadro femenino tiene nuevas campeonas que, además, hacen historia: Paula y la »portu», primera portuguesa en ganar una prueba del circuito profesional.
Enhorabuena también a Eli y Patty, quienes han vuelto a una final (la primera de este curso para ellas) y han demostrado que saben competir muy bien y que tienen pádel para lograr éxitos.
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