No nos cabe ninguna duda que ni a Maxi Sanchez ni a Sanyo Gutiérrez les ha gustado ganar así, pero es lo que tiene el deporte y más concretamente las lesiones, que cada vez le puede tocar a uno distinto. En esta ocasión, la mala fortuna se cebaba con Juan Cruz Belluati a quien una torcedura de tobillo le impedía disputar esta segunda semifinal en su totalidad.
El caso es que el partido comenzó igualadísimo, con los números 1 en busca de retornar a su hábitat natural al inicio de temporada (las finales) y con Ramiro Moyano y Belluati buscando sorprender con su juego equilibrado, ordenado pero también de cierta fantasía. Dos estilos similares, salvando las distancias, con un pegador y un estratega en cada bando, de ahí que ninguna pareja pudiera separarse de la otra y se viera todo abocado al tie break, uno más en el día.
En el mismo, los ‘Maestros’ demostraron su mayor experiencia en estas lides y salieron a respirar a la superficie mucho antes, mientras que Belluati y Moyano terminaron por »ahogarse» y no pudieron dar ese último empujón que necesitaban (6-7).
Y en el segundo, vino el mal fario, ya que Belluati, al devolver una bola, pisaba mal al irse hacia atrás y se torcía (ligeramente a simple vista) el tobillo, cayendo al suelo y teniendo que salir de la pista con una cojera más que visible y con síntomas de dolor. Los tres minutos de que dispuso el fisio sirvieron para vendarle el tobillo y comprimirlo, de tal forma que aguantase y pudiese salir a jugar y aunque lo intentó, se le veía vagar por la pista, dar saltos y apoyar mal, mientras que su compañero intentaba tapar los huecos de ambos lados de la pista, con menos acierto del esperado.
Tras unos cuantos intercambios y cuando solo se llevaban seis juegos del segundo envite pero con una enorme diferencia (1-5), Belluati se tiraba al suelo, incapaz de continuar, con aparentes signos de dolor y llevándose las manos a la cara. La semifinal se había terminado para él, tenía que despedirse anticipadamente.
El argentino pidió perdón a su compañero, a los rivales y también al público por no poder ofrecerles un partido al completo, pero se le veía muy mermado físicamente. una pena para él pero desde aquí le deseamos que se recupere lo antes posible y pueda volver en unos días a la competición.
Por su parte, Maxi y Sanyo ya tienen otra oportunidad de engrosar sus vitrinas, siempre y cuando Fernando Belasteguín y Agustín Tapia lo permitan.
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