Fernando Belasteguín acepta el reto más difícil de su carrera

Seis de la tarde, Barcelona. Fernando Belasteguín, un hombre dispuesto siempre a superar cualquier reto, se prepara para uno muy particular que le llega desde uno de sus patrocinadores, la firma Cupra, marca que se encuentra dentro del conglomerado de Seat.

»Cuando me lo plantearon pensé que iba a ser imposible, pero ahora no me voy a ir de aquí hasta conseguirlo», comentaba el argentino nada más hacer el primer intento de su desafío, nada más y nada menos que subirse a la octava planta de un edificio en el puerto de Barcelona y, de un solo golpe, introducir la pelota desde una altura de 36 metros en el techo solar del Cupra Ateca que espera a pie de calle, o lo que es lo mismo, acertar en un espacio de sólo 70×50 centímetros.

El profesor de física de la Universidad Politécnica de Cataluña, Enric Álvarez, analizaba in situ las exigencias del reto. »El golpe debe ser de una gran precisión, ya que a esa altura no cuenta apenas con margen de error, así que debe controlar muy bien la inclinación y la velocidad que le da a la pelota. Es un golpe prácticamente imposible», asegura el científico.

»Creo que voy a tener que pegarle a la pelota de una forma que no se corresponde con ningún golpe que haya dado antes», asegura. Al salir a la terraza, Bela nota otra dificultad añadida al reto, el viento. Tan cerca del mar y a tantos metros de altura, una racha de viento puede acabar con el más preciso de los golpes, ya que la pelota sólo pesa 56 gramos, así que deberá escoger el momento exacto.

Sin vacilar, Bela retrocede unos pasos para coger distancia, tira la bola al aire y, golpea. 10 grados de inclinación, 54 km/h de velocidad y 3 segundos de tiempo de caída hasta que la bola se introduce en un espacio que desde las alturas se ve minúsculo. 

¿Quieres ver el vídeo con el reto de Bela? Aquí lo tienes!!