Dos títulos en cada lado de la pista, dos parejas acostumbradas a saborear las mieles de la victoria, instaladas en el trono del pádel, con los brazos siempre dispuestos a levantar títulos. Valencia dictaría sentencia en el cuadro femenino (al menos de momento) y desequilibraría la balanza a favor de unas u otras.
Frente a frente, dos duplas con dos títulos cada una: Alejandra Salazar y Ariana Sánchez, y Martita Ortega y Marta Marrero. Ex compañeras, siempre amigas y grandes rivales. Llegaban más cansadas por las semis y los cuartos las ‘Martas’, si bien en octavos no jugaron por lesión de las rivales, pero eso no se notó en la pista, donde volvieron a desplegar un físico imponente.
Corrieron de lado a lado, sin descanso, metieron mucha más velocidad de bola y apretaron en cada centímetro de la pista, pues no querían otro partido largo y con desgaste, y la fórmula les dio resultado. Aunque empezó todo parejo, tanteándose, en el cuarto juego iba a desaparecer la igualdad y las ‘Martas’ comenzaron su show; break a su favor y a correr sin mirar atrás, sin freno, mirando la meta que era el primer set, meta a la que llegaron con otro break más en el noveno juego.
En el segundo, lejos de venirse abajo y acomodarse, siguieron con la misma tónica, con una bola que mordía en cada devolución y ante la que tanto Ale como Ari poco podían hacer, pues la devolvían sin el mismo veneno que les llegaban y defendían más que atacaban y eso, en una dupla que está acostumbrada a ganar muchos puntos, es complicado.
De hecho, el marcador reflejaba un 0-5 cuando las de Manu Martín despertaron, conscientes de que un rosco en contra escocería mucho y lograron sacar dos juegos de la chistera, recortando uno de los breaks en contra, pero nada más, cerrando en el siguiente, desde el resto al saque de Ariana, su quinto título para desempatar en el marcador global (3-6 y 2-6). Más números 1 que nunca, más fortalecidas que nunca.
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