Segunda final del día y segunda remontada, en este caso no entre las dos mejores parejas pero sí con una que está muy en forma, en uno de sus mejores momentos del año, Paquito Navarro y Juan Lebrón y por el otro dos que se separan en breve pero que han alcanzado su mejor versión, Ale Galán y Juani Mieres.
Estos últimos, que venían de ganar en Buenos Aires, se han plantado en una nueva final con un juego muy sólido y rocoso, de esos que dejan poco margen al rival pero esta vez tenían enfrente a dos que justamente hacen eso, creártelo. Se sacan de la chistera golpes y recuperaciones imposibles con un pádel elástico que genera huecos y termina por desesperar, pues les entra todo.
Los andaluces llegaban sin sufrir en exceso en todas las rondas previas mientras que Juani y Ale necesitaron de algún tie break por el camino, y esa suma de minutos siempre supone un hándicap, pero no para ellos, pues salieron en tromba, contestando a la rapidez del juego rival con entereza y mucha seriedad, anclados a la pista para devolver libra por libra cada golpe. Igualdad máxima hasta llegar al tie break donde empezaron ganando Paquito y Juan pero terminaron claudicando ante la experiencia de Mieres y una versión muy eficaz de Galán.
Así, tras terminar el primero en favor de los chicos de Mariano Amat, el segundo supondría que los andaluces saliesen más enrabietados si cabe pero no terminaban de separarse, no imprimían esa velocidad de crucero tan necesaria en su juego. Llegamos al séptimo juego y ahí fue donde se produjo el tirón que tanto buscaban, con un break que fue la distancia mínima y necesaria que les dio la igualada e invitaba a un tercer parcial de infarto.
De nuevo batalla táctica sobre la pista con cuatro jugadores que buscaban escribir su nombre en lo más alto de la imponente Plaza Mayor de Valladolid. Batalla constante en cada lado de la pista, una auténtica exhibición de pádel que de nuevo estuvo muy igualada con los dos más jóvenes, Galán y Lebrón, creciendo a pasos agigantados y »peleando» por ver quién era mejor que el otro. Por su parte, Mieres y Navarro ponían el rigor táctico y la tranquilidad, todo ello hasta que llegó el noveno juego, donde se marcó la diferencia necesaria.
Y esta llegó otra vez para los pupilos de Ramiro Choya, quienes lograron un nuevo break y dispusieron al siguiente de hasta cuatro bolas de partido. En la última, tras sacar Paquito, restar Galán, intercambiarse varias voleas y devolver Galán un globo muy llovido al cielo de la ciudad, a Lebrón le llegó lo que esperaba, una bola alta, profunda, más atrás incluso de la línea de fondo, que dejó botar para ponérsela más cómoda y desde ahí rematar, un golpe muy complicado pero que ejecutó a la perfección, tocando por milímetros la pista antes que el cristal y saliendo muy elevada a su campo, sin opciones de ser devuelta, poniendo a toda la Plaza Mayor en pie.
Resultado de 6-7, 6-4 y 6-4 y título para el madrileño y el andaluz, que cierran otro torneo con muy buena nota y acechan un poco más a Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez en su pelea para alcanzar el número 1.
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