Nueva oportunidad para Juan Tello y su compañero Fede Chingotto de llegar a una final y nueva oportunidad que no aprovecharon. Los dos argentinos en esta ocasión se enfrentaban a Paquito Navarro y Juan Lebrón, una de las duplas más en forma y que se aprovechó de las dudas argentinas del día anterior, cuando ya sufrieron para solventar los cuartos.
Y eso que Matías Ortiz y los suyos fueron muy superiores a la sangre andaluza en el inicio, saliendo en tromba y apretando tornillo tras tornillo para no dejar fisuras y armar a la perfección un entramado tanto defensivo como ofensivo perfecto y útil. Break en el tercer juego a su favor, la llave que abría el siguiente nivel, abrieron la puerta y entraron, consiguiendo otro break al siguiente y certificar el primer envite a su favor (3-6).
Tras esto, tocaba resetear el juego de los pupilos de Ramiro Choya y subirle unos cuantos voltios a su juego, dándole chispa y candela y a ello se dedicaron Juanito y cía con un break inicial al que respondieron Tello y Chingotto pero, de nuevo, otro break a favor de los españoles. Locura total. Ahí siempre son mejores el gaditano y el sevillano y eso les envalentonó para venirse todavía más arriba e igualar el set inicial (6-3).
Quedaba el último y definitivo y las espadas se pusieron en todo lo alto. Máxima igualdad en el azul tapete hasta que apareció un Lebrón incisivo a más no poder y llevó el partido en volandas a su casillero, logrando un break importantísimo que cerró Paquito con su puño y levantando al público de las gradas. El partido estaba hecho, era suyo y les daba el pase a la final (3-6, 6-3 y 6-4). Declaración de intenciones en busca del que sería su primer título del año.
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