Hoy queremos traeros un pequeño fragmento de los inicios de Maxi Grabiel conforme los cuenta el propio jugador en el libro ‘Desde dentro del Pádel’.
El argentino relata al autor, Santiago Sánchez, cómo empezó en este deporte, cómo fueron sus primeros pasos tanto en el club de su ciudad, como entrenando y disputando torneos, así como con sus diferentes compañeros. Una lectura muy interesante y con la que conoceremos un poco más a este pequeño gran jugador y si quieres saber más, te animamos a que te hagas con el libro a través de este enlace; conocerás no solo a Maxi Grabiel, sino también a muchos otros.
Mi primer contacto con el pádel fue de total casualidad. Era muy pequeño y tenía amigos en el barrio con los que jugaba siempre al fútbol. Uno de ellos tenía un hermano que era bastante más mayor que nosotros e iba a abrir un club de pádel. Un día, cuando ya estaban terminando las obras, viene y me dice.
-»Che, que mi hermano va a abrir un club de pádel, ¡vamos a jugar!» Yo entonces no lo conocía, no tenía ni idea que era aquello del pádel. Era el momento en el que este deporte empezaba a crecer en Argentina y yo, con esa edad, todavía estaba a otras cosas…
A raíz de aquella invitación empecé a jugar y me enganché y a final toda mi familia empezó a frecuentar el club y a jugar. Empecé jugando por hobby y cuando empezaron a organizar algunos torneos en el club, allí estaba yo dispuesto a participar.
Poco después fue cuando empecé a entrenar algo, con mi primer entrenador, Gustavo Schodlbauer, una vez por semana, pero eran entrenamientos sin mayores pretensiones; de hecho, cuando llegué con 16 años a jugar profesional, recién empezaba a hacer un poco de físico, y yo era de los pocos que lo hacían. En estos últimos años el pádel se ha profesionalizado muchísimo, eso es una gran noticia.
También es verdad que en esos momentos no existía el dinero que se gana actualmente. Yo era pequeño y por el momento no vivía el pádel como algo a lo que dedicarme profesionalmente y, mucho menos, como mi modo de vida. Jamás pensé que el pádel iba a llegar a ser lo que es ahora, así que en realidad yo jugaba al pádel porque me gustaba, me divertía, estaba con amigos y disfrutaba con mi familia. Se fue dando todo con el día a día y de casualidad, casi sin pensarlo.
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