Al final, el torneo de Buenos Aires pudo finalizar por los cauces más o menos previstos. Con algo de retraso se pudo jugar la semifinal que quedaba y donde Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez se impusieron por la vía rápida, en poco más de hora y media, ante Paquito Navarro y Juan Martín Díaz por un doble 6-4 para después, alcanzar la gloria en la final.
La lluvia volvió a ser protagonista, desgraciadamente, de un torneo que por ello vio algo ensombrecido su final, con continuos retrasos para poder llevar el horario establecido, con la obligación de montar una carpa para tapar la pista que aun así no impidió que el agua entrase en el rectángulo de juego, con la lesión de Uri Botello que le impidió disputar la semifinal…pero, a pesar de ello, Argentina y la afición respondieron, levantaron sus cánticos al cielo y provocaron que el ambiente en La Rural fuese, como otros años, magnífico.
Tras la semi express entre los cuatro ya citados, esperaban con el premio ya bajo el brazo, y muy descansados, Agustín Gómez Silingo y Tito Allemandi, buscando levantar su primer entorchado a base de un partido largo (algo que consiguieron) y de desgastar a unos rivales, Sanyo y Maxi, que apenas tuvieron tres horas para descansar, desconectar y cambiar el chip entre partidos.
Desde luego, la receta les funcionó en el primer set donde, aun así, solo pudieron imponerse gracias al tie break, que cayó de su lado, y que provocó cierta tensión en el banquillo de Nito Brea, pues sabía que tendrían que pelear, y mucho, para levantar los dos sets siguientes.
No obstante, ya con el mono de trabajo puesto, los ‘Maestros’ bajaron al fango y empezaron a construir sin descanso, punto a punto, hasta que se llevaron el premio del break que no concedieron de vuelta en el tramo final del segundo envite y eso les sirvió para igualar.
Con 1-1 en el marcador, todo cambió y las fuerzas que habían acumulado durante las jornadas de descanso Agustín y Tito aparecieron desaparecer, pasando al bando de Sanyo y Maxi, siempre con una marcha más (quizá les vino incluso bien el llegar más rodados), siempre más acertados, buscando los espacios donde hacer daño ganando palmo a palmo su sitio en la pista y desarbolando la defensa de Allemandi e impidiendo que Silingo hiciera estragos con su potencia.
Así, se anotaron varios breaks que les dispararon hacia el triunfo, a levantar en medio de su gente el título por 7-6, 4-6 y 2-6, el primero como números 1 este año, un premio que ya merecían pero que no pudieron conseguir con anterioridad. Qué mejor que hacerlo en casa, ante los tuyos, significando también el primer entorchado en Argentina, tierra dominada por Fernando Belasteguín hasta ahora. Las bengalas y los cánticos esta vez eran para ellos tras un torneo loco, uno que pudieron haber perdido pero en el que demostraron que este año, al menos de momento, son los más fuertes.
Cargando ...
Los comentarios están cerrados.