No podía faltar otra semifinal larga a tres sets, con espectáculo y desgaste máximo sobre la pista. Cuatro de cuatro hemos vivido en Zaragoza que anuncian una jornada dominical de finales de alto nivel. Por si cabía alguna duda, el último choque de la jornada no quiso ser menos que sus predecesores y dejó un regusto de estrella Michelín en el plato de los presentes.
Sobre la pista Matías Díaz y Ale Galán ante Paquito Navarro y Juan Martín Díaz, pasado, presente y futuro del pádel, todo a la vez. Unos buscaban seguir escalando y lograr aprovechar la ausencia de los números 1 para recortar algunos puntos y los otros callar bocas, demostrar que la pareja formada tenía madera de campeona, que el proyecto era bueno y que solo era cuestión de tiempo. Al final, la receta buena fue la segunda pero pudo ser cualquiera de las dos y el marcador lo dice todo: 6-7, 7-5 y 6-4.
Otras tres horas de partido con un Pabellón Príncipe Felipe lleno hasta la bandera dispuesto a ver pádel del bueno y a cuatro excelentes jugadores. El primer set empezó con los cuatro midiendo las fortalezas y debilidades propias y ajenas, emparejados, sin dejar resquicio a que nadie se marchara en el marcador y respondiendo con igual acierto cada ataque propicio del rival. Así, tie break que dejaba a Matías Díaz y Ale Galán como ganadores del primer pulso.
Llegaba el segundo y el momento de la remontada. Tambores de guerra en la pista para que empezase Paquito a volar y Juan Martín a desplegar sus reflejos al tiempo que Galán respondía con iguales muelles en sus piernas y Matías peleando bola tras bola, incansable como en él suele ser. Breaks y contrabreaks para que al final prevalecieran los de Navarro y Martín Díaz, excelsos, y dueños del segundo set.
En el tercero llegaría el éxtasis. De nuevo igualada en el inicio (esta vez los golpes se medían mucho más pues nos acercábamos al desenlace) pero algo de locura al final, a partir del momento en el que Juan Martín y Paquito se hicieron con un break esencial, que sirvió para ponerles por delante y hacer que primero acariciaran y luego consiguieran el pase a la final.
Entre lágrimas, Juan Martín Díaz agradecía a su compañero (que le había dejado todo el protagonismo en la entrevista posterior), al público y a mucha gente, el poder pelear de nuevo por un título. Habían sido muchos meses de rabia, trabajo, esfuerzo y sacrificio que tocaron a su fin y que ahora le están haciendo disfrutar cada punto. Habrá duelo grande ante los ‘Maestros’, eso sí, no antes de las 12 del mediodía.
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