Otra victoria más. Volvía el pádel a La Rural y ellos, Fernando Belasteguín y Pablo Lima defendían título. Lo hacían, además, en casa de Bela y con el objetivo de asegurar el nº1 en la carrera de campeones, por lo que la valía del mismo era triple, y en absoluto defraudaron.
Tras una semana de un nivel prácticamente perfecto, llegaban al último escalón, que terminó por concederles el séptimo título del año y la seguridad casi matemática de terminar la temporada como números uno, algo que para Bela será la decimosexta seguida. Sí, apunten bien, 16 años seguidos como indiscutible NÚMERO 1.
Sus rivales, Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez, otro que jugaba en casa, querían evitar a toda costa que los ‘Depredadores’ les levantasen la ventaja en la recta final de cosecha de puntos y en su semifinal del sábado ya demostraron estar muy centrados, pero tener enfrente a Bela y Lima es otro cantar.
Dos sets que fueron de menos a más en cuanto a emoción y que terminaron con un marcador de 1-6 y 6-7 que levantó a todo el público presente, el cual aplaudió a sus dos compatriotas, pero con igual fervor al español y al brasileño, no había nacionalidades, solo pádel.
La jornada arrancó con el himno cantado a pleno pulmón por la grada y acompañado por la música de orquesta, además de la bandera albiceleste ondeando bellísima al viento y los colores azul y blanco completando un bello mosaico. Tras esto, arrancaron las hostilidades.
Bela y Lima no querían un segundo de relajación y pronto comenzaron con su máquina de hacer pádel a pleno rendimiento, consiguiendo breaks con una facilidad inusitada ante una pareja que siempre les pone en problemas, pero esta vez no ocurrió. Así, del 0-0 inicial se pasó al 0-4 en favor de los pupilos de Horacio Álvarez Clementi y, por fin, al 1-4 que supondría el único juego de la dupla hispanoargentina, pues los dos siguientes volvieron a caer del lado de Bela y Lima.
Se esperaba entocnes la reacción de la pareja número 2 y aunque tardó, llegó, pero a trompicones, pues de nuevo Bela y Lima comandaron el inicio del segundo set, si bien este se emparejó en el cuarto juego (2-2) y pasó como una bala hasta el 4-4. Entonces, un par de detalles de un Sanyo al que le costó despertar y aparecer le dieron la ventaja a él y a su compañero y pusieron en pie al graderío, que coreaba ‘¡Sanyo, Sanyo! pidiendo un partido más largo y la aparición total de el de San Luis.
Con 5-4 en contra, Bela y Lima consiguieron retener su servicio y golpear de nuevo en el siguiente, quedándose a un único juego de cerrar el choque. El saque de Lima iba a poner en muchos apuros a los pupilos de Ramiro Choya que, con mucha dificultad, consiguieron el break y forzar el tie break. Todo por decidir en la muerte súbita, en la cual, la dupla de Argentina y Brasil se puso rápidamente por delante con 2-4 para después, terminar afianzando su servicio y logrando un minibreak que consolidaría el séptimo punto y el título final a pesar de la pelea de Paquito y Sanyo.
Hubo fiesta en La Rural, pues ganó un argentino, el número uno desde hace ya 16 años. Un jugador incombustible, que no parece terrenal, que nunca se cansa de ganar y que, acompañado de Pablo Lima, para el que pidió el MVP por el enorme partido realizado, quiso volver a cantar rodeado de los suyos y de una grada entregada al 100% con este deporte. El pádel vivió su torneo más caliente, el de más fervor y Argentina volvió a demostrar que a pasión nadie le gana.
Vuelven los jugadores a nuestro país para encarar la última cita antes del Master Final. Toca viajar a Bilbao para el Keler Open, que comenzará este próximo domingo 19 de noviembre.
Fotos: Jorge Anaini (PadelSpain)
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