Se avecinaban dos duelos de altura y vaya si lo fueron. Las semifinales del Zaragoza Open nos dejaron dos partidos de gran intensidad y sorpresa en uno de ellos, donde Matías Díaz y Maxi Sánchez consiguieron saltarse la estadística y lograr una victoria muy trabajada ante Paquito y Sanyo, dejando una final inédita en 2017 para este domingo.
Y es que el ‘Guerrero’ y el ‘Tiburón’ empujaron como nunca antes lo habían hecho, conscientes de que tenían ante sí una gran oportunidad, que esta vez podían, y que Zaragoza, como ocurriera el año pasado, les esperaba en la final. Y empujaron, logrando vencer con claridad en el primer set, sufrir en alto grado en el segundo y pelear sin descanso en el tercero, haciéndose con el billete por 3-6, 6-2 y 5-7.
Fue un partido extraño, con Sanyo Gutiérrez muy fallón, especialmente en el tercero, con demasiadas bolas a la pared y a la red, con Paquito intentando animarle y contagiarle de energía positiva y con un Matías Díaz imponente, con gran movilidad, y con una potencia espectacular cada vez que armaba el brazo.
Así, los pupilos de Severino Iezzi resolvieron con celeridad el primer envite, acomodándose muy pronto en la pista, hilvanando su juego de desgaste y haciendo de cada devolución un arma letal con la que ganar puntos. En el segundo, en cambio, toda ese acierto cambió de bando y se vieron avocados a la defensa incesante de su lado de la pista, pero no lo consiguieron, pues Paquito comenzó a sobresalir cada vez que subía a la red y encendió ese espíritu indomable que le caracteriza, haciendo partícipe a Sanyo y juntos galoparon sin freno hasta el sexto juego a su favor.
En el tercero, con todo por decidir, la igualdad y los fallos fueron la nota predominante, habiendo más miedo a perder que a ganar, por lo que los errores no forzados se iban sumando a las estadísticas de los cuatro hasta que, como mencionábamos antes, Sanyo comenzó a errar más de lo habitual en él y eso dio alas a los remates de Maxi Sánchez y a la brega de Matías Díaz, quienes tras anotarse un break más que importante y consolidarlo después, se aseguraban un posible tie break y, posteriormente, se hacían con el punto decisivo que, abrazo mediante en medio de la pista, les daba el pase a la final.
En el otro choque, la ilusión de Seba Nerone y Álex Ruiz, en su segunda semi desde el Buenos Aires Padel Master del pasado año, se topaba con la realidad que supone el enfrentarse a Fernando Belasteguín y Pablo Lima: o estás acertado y tienes la suerte de cara, o es netamente imposible hacerles siquiera un break, cuanto menos un set.
Y con solo la ilusión no sirvió, pues Bela y Lima pusieron la directa desde el minuto 1 y se adjudicaron un nuevo billete a una final por 4-6 y 3-6.
Aunque lo intentaron de todas las maneras posibles, la defensa de Álex y Seba solo duró hasta el noveno juego, cuando los líderes del ranking decidieron pasar a la acción y apretar un puntito más, escalón más que suficiente para lograr el break e irse directos a por el primer set.
En el segundo, sin nada que perder, el argentino y el andaluz decidieron desbocarse y atacar sin freno, logrando ponerse 2-0 arriba y, cuanto menos, hacer saltar una pequeña alarma en sus rivales, pero Bela no es de los que se sorprendan con facilidad y haciendo de su hambre y su tranquilidad sus mejores armas, se encargó de darle la vuelta al marcador y, con la movilidad de Lima como acompañante, logró cuatro juegos consecutivos para dar la vuelta a la tortilla.
Una tortilla que terminó de cocinarse a su favor con un mayor acierto desde la red y siendo capaces de devolver todas y cada una de las acometidas de Nerone y Ruiz, impotentes ante tal derroche de efectividad.
Así pues, tendremos una gran final mañana con cuatro jugadores que son todo batalla y que, no antes de las 11 de la mañana, saltarán a la central de Zaragoza para pelear por uno de los últimos torneos del año. ¡Mucho pádel!
Fotos: Maxi Sánchez / Fernando Belasteguín (World Padel Tour)
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