Dos semifinales enormes, a cual mejor, para ofrecernos una nueva final entre los números 1 y 2. Cualquiera de las dos parejas pudo quedarse fuera, ya que necesitaron de dos versiones excelentes para conseguir el billete que les concederá la pelea por el título.
Y es que esta crónica ha de empezar hablando de una REMONTADA en mayúsculas, de las que hacen época y de las que demuestran por qué Fernando Belasteguín y Pablo Lima son los números uno.
Teniendo que reanudar su partido tras la suspensión de ayer y con un marcador de 3-6, 6-4 y 2-0 (30-30) a favor de Cristian Gutiérrez y Franco Stupacuzk, los comienzos no fueron nada halagüeños para el argentino y el brasileño, ya que la mayor actividad de Stupa y Cristian les ponía contra las cuerdas, con 4-0 en contra.
La cara de Bela lo decía todo, había que bajarse al barro y remar muy a contracorriente, pasando al 4-1, 4-2 y 5-2. Con solo un juego separándoles de la victoria y de eliminar a la pareja líder del ranking, Cristian y Stupa notaron el vértigo y dejaron una mínima rendija abierta, espacio más que suficiente para que se colara el ansia devoradora de los ‘Depredadores’, que hacen de la regularidad y el hambre sus mejores aliadas.
Así, se llegó al 5-3 y del tirón al 5-7 en favor de los hombres de Horacio Álvarez Clementi gracias a dos contrabreaks que les ponían en la parrilla de salida, con la ‘pole position’ y embalados directamente a la final, sin frenos y cuesta abajo. Una remontada de las que hacen época, de las que se guardan y estudian y, si eres del rival, de las que te dejan con cara de circunstancias por haber perdido todo el trabajo realizado durante todo el partido en los minutos finales.
La otra semifinal también vivió momentos de tensión. Tras tener igualmente que aplazarse, aunque esta sin haber jugado un solo punto, ponía en liza a sus protagonistas, Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez ante Matías Díaz y Maxi Sánchez. El resultado del partido fue de 3-6, 7-5 y 6-3 en favor de la dupla 2, teniendo que remar mucho y superando la férrea defensa que les colocaban Mati y Maxi.
El ‘Guerrero’ y el ‘Tiburón’ arrancaron mordiendo, siendo ese muro que suelen y apretando desde todos los aspectos del juego, en intensidad, ganas, acierto, rapidez… todo para hacerse con el primer parcial y poner, cuanto menos, el semblante de dudas en el banquillo rival.
Sin embargo, lejos de venirse abajo, Paquito y Sanyo demostraron una vez más el crecimiento que están teniendo como pareja, y salieron mucho más metidos y concentrados, pudiendo presentar más batalla a los aguerridos integrantes de la dupla nº3, que pelearon lo indecible para no alargar más el partido pero a los que un break condenó a la igualada.
Todo ese esfuerzo lo notaron en el tercero, cuando el andaluz y el argentino metieron otro punto más de intensidad y les devolvieron la moneda del primer set, con idéntico resultado merced a ponerse con dos breaks de ventaja nada más comenzar.
Así, en Andorra tendremos, si la lluvia lo permite, otra final, aunque esta será en lunes, y volverá a enfrentar a las duplas números 1 y 2, por lo que alicientes y emoción no faltarán, a partir de las 11 de la mañana.
Fotos: World Padel Tour
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