Aunque pueda parecer lo contrario, el pádel en nuestro país no se asemeja del todo con el que se practica en el país suramericano. No solo el clima, sino también los materiales, el suelo y hasta la anchura de las palas cambia en ocasiones.
A través de la imagen podéis comprobar cuáles son las principales diferencias entre España y Argentina, las cuales os explicamos a continuación.
En Argentina, al haber más altitud, el bote de la bola varía, lo que hace que se juegue más agachado y a más velocidad, con los armados más cortos para así poder imprimirle mayor velocidad de salida a la pelota. El hecho de que la pelota se mueva más rápidamente también influye en nuestra colocación en la pista, especialmente en la zona defensiva; por ello, deberemos estar algo más adelantados ya que, tras impactar en la pared, sale más despedida hacia delante.
En su mayor parte, las paredes en Argentina son de cemento y no de cristal, de ahí que varíe el bote, altura y salida de la pelota al impactar, algo que en un primer momento suele desconcentrar debido a la variación que nos puede suponer. A ello hay que añadirle el suelo, que allí es de cemento pulido con una capa de pintura plástica, muy diferente al de césped sintético con el que se juega en España. ¿Esto qué provoca? Que la bola coja menos altura y vaya más rápida en el país albiceleste.
La valla de la parte superior también cambia, y es que en nuestro país suele ser de unos seis metros y bastante rígida, mientras que al otro lado ‘del charco’ es flexible y un metro más baja, lo que hace que el bote contra ella sea más lógico y no confunda tanto al jugador.
Estas son solo algunas de las diferencias por lo que, si tenéis la oportunidad de viajar y conocer ese bello país que es Argentina, os animamos a que juguéis allí un partido y podáis comprobar por vosotros mismos cuáles son las características que hacen que los argentinos también sientan la pasión de este deporte.
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