Parece que la mala suerte que durante el año les es ajena, cuando llega la cita final se ceba con ellos en forma de lesiones y, dolencias y retiradas. Un año más, al igual que ocurriera la temporada pasada, Fernando Belasteguín y Pablo Lima se quedan sin final, sin poder optar al título de Maestros, de nuevo el destino les es esquivo.
Esta vez la culpa ha sido de una infección renal que, según pudimos conocer hace unos días de boca del propio Bela, tenía a su compañero convaleciente, y la medicina que le habían recetado le provocaba graves efectos secundarios que, sumados a un proceso febril, desaconsejaban totalmente su participación (de hecho, estuvieron a punto de retirarse el miércoles y se valoró la posibilidad de que Bela jugase con uno de los reservas).
Ahora bien, parecía que con el paso de las horas, el brasileño se encontraba mejor, si bien durante los partidos se le veía con malestar, sin su garra ni chispa habituales y con una evidente falta de aire que hacía sus descansos entre puntos algo más largos. No obstante, decidió jugar, algo que es de valorar y agradecer por los aficionados, que este sábado han visto cómo ya no podía más y pedía la retirada envuelto en tristeza, pues le era imposible seguir (algo que no sentó excesivamente bien al respetable pero que deben entender, ya que la salud es lo primero y tanto Lamperti como Bela salieron en defensa del jugador de Porto Alegre).
Apenas se llevaba media hora de duelo ante Miguel Lamperti y Juani Mieres (2-3) por lo que los bahienses conseguían su plaza por abandono, algo que por sus caras no sentó bien, pues les hubiese gustado llevarse el pase en la pista, no por los problemas de otro compañero.
Así pues, Bela tendrá que esperar un año más para intentar asaltar uno de los pocos títulos que le quedan por anotar en su palmarés.
En la otra semifinal, Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez no fallaron en su cita y dejaron en el camino, a un paso de saborear las mieles de la victoria a Matías Díaz y Maxi Sánchez (4-6 y 4-6).
Tras verse las caras en cinco veces durante el año, el conocimiento era mutuo, por lo que pocas sorpresas más allá del talento natural eran capaces de aflorar. Si Sanyo jugó de matrícula de honor por abajo, Paquito hizo lo propio con el fuego aéreo, complementándose muy bien y cerrando el primer parcial a su favor en tan solo 45 minutos.
El segundo discurrió por los mismos cauces y aunque Matías y Maxi recibían la constante arenga de su entrenador, nada podían hacer y las luces cada vez se les apagaban más.
Así, los números 2 del circuito se presentarán, a partir de las 12 horas, ante una oportunidad inmejorable para que, de cara al año que viene, sean considerados unos Maestros.
Fotos: World Padel Tour
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