Terminaba la jornada en A1 Padel, en la cita francesa, y lo ocurrido todavía resonaba por los pasillos, concentrando todas las conversaciones. Había sido una sesión extraña, explosiva, fuera de toda quiniela imaginable, con los pronósticos saltando por los aires.
Y es que a pesar de que hubo pocos partidos, pues se disputaron únicamente cuatro de la primera parte de octavos de final, nadie esperaba lo que sucedió, y es que el torneo se quedara sin dos de las parejas favoritas a llegar, como mínimo, a semifinales, pero el pádel es así y a veces deja marcadores contra todo pronóstico.
El primer golpe del día lo recibieron Maxi Arce y Franco Dal Bianco, eliminados ante Alfonso Sánchez y Joaquim Florensa en un día de pura inspiración por su parte, y eso que los líderes de la tabla estaban con 4-2 en la primera manga, pero la cosa se les complicó de tal manera que al final llegaron con problemas al tie break y lo acabaron perdiendo (6-7).

Algo mejor les fue la segunda, si bien llegaron a tener un rotundo 5-0, pero Gaitán y Florensa fueron capaces de mejorar y ofrecer una mejor imagen para recortar hasta el 6-3 definitivo, que abría las puertas de un tercer parcial en el que los argentinos volvieron a salir muy enchufados y creando siempre peligro; sin embargo, los dos españoles nunca le perdieron la cara al choque y fueron capaces de reaccionar y combatir en cada pelota, arrasando por completo a Dal Bianco y especialmente a un Arce que ofreció una versión de demasiadas dudas en su juego (6-7, 6-3 y 2-6).
Por su parte, Noé Navarro y Rodrigo López consiguieron con un 6-4 y 6-4 dejar fuera a Santiago Pineda y Daniel Luna al tiempo que Arturo M. Hernando y Luis Oliver necesitaron tres parciales para vencer la resistencia de Joaquín Gaitán y Francisco Maier en otro de esos partidos que alargó la jornada (6-3, 3-6 y 7-5).

Después, para no bajar el nivel de sorpresas, Pedro Perry y Pablo Andrada se encargaron de eliminar a los campeones de la cita de Córdoba, José Solano y Martín Abud. Un choque muy intenso, con un juego bastante rápido que se desniveló a partir del cuarto juego, cuando Perry y Andrada obtuvieron cuatro juegos seguidos para marcharse sin freno (6-2) y en el segundo, a pesar de los intentos de Solano y Abud, la consistencia de Pedro y Juan Pablo no dejó rendijas por las que colarse, manteniendo las prestaciones para cerrarlo con 6-2 y 6-3.