Sinceramente, es una pena y da hasta vergüenza ajena tener que hablar de esto en las fechas en las que estamos, en pleno siglo 21 y con tantas libertades conseguidas, pero a veces es necesario recordar lo básico.
El hecho de tener que recordar la existencia de la libertad de prensa se antoja, cuando menos, irónico, pero así ha de ser en este caso.
El comunicado que aquí difundimos y que numerosos compañeros de la prensa nacional e internacional de pádel publicamos en las redes sociales en el día de ayer no hace sino demostrar que estamos todos juntos ante las injusticias, en concreto ante la que se ha cometido con algunos periodistas de Argentina, a quienes no solo se les impedía acceder al Buenos Aires Padel Master negándoles la acreditación sin motivo coherente, sino que incluso, se les ponía trabas para realizar su trabajo e informar de lo que acontecía en la competición.
Un despropósito total a cargo de la organización del torneo de La Rural (en ningún caso World Padel Tour), pues en este caso es otra empresa la que hace y deshace a su antojo, siendo el empresario Lisandro Borges el responsable último del mismo, una persona que cambia tanto de opinión (primero critica abiertamente al WPT y a sus responsables y ahora, tras borrar los tweets de denuncia contra ellos, les alaba y dignifica hasta niveles insospechados, atacando de manera total a la FIP y a su presidente Luigi Carraro; lo mismo hizo con los propios jugadores, con Fernando Belasteguín a la cabeza, para luego recular y ensalzar su figura, deportividad y valores) que ya no se sabe por dónde puede salir, tal y como explicaba muy bien el compañero Nacho García en la web Padelazo.com en su artículo ‘Lisandro Borges: la (nueva) reconversión del apóstol del pádel’.
El caso es que, volviendo al tema que nos ocupa, obviamente que se puede negar la acreditación a quien se quiera, máxime cuando es un torneo de organización privada y el promotor está en todo su derecho de admitir o no a las personas (en este caso periodistas) que considere, pero lo que está fuera de todo lugar son las amenazas, vejaciones, acusaciones y demás actos que sufrió la prensa argentina, con los representantes del histórico periódico Padelnetwork al frente, porque lo ordenó el citado Borges, amenazando al periodista Esteban Genoud con la expulsión del recinto, con aplicar el derecho de admisión o con proyectar campañas de difamación por situaciones inventadas llegando incluso, tal y como afirman, a recibir violencia física, todo durante la celebración del torneo.
Así pues, emitimos este comunicado como repulsa y desde aquí condenamos la actuación de Lisandro Borges y sus subordinados, exigiendo la libertad total para realizar el trabajo informativo, cubrir un evento (se esté o no acreditado) y, por supuesto, la no aceptación en ningún caso de la violencia ni de la coacción hacia un compañero.
Porque esto, queridos lectores, NO es pádel. #PrensaLibre
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