Mendoza recogió el guante de los jugadores y se engalanó sobremanera para su gran final. Una final en la que el público ofreció espectáculo en las gradas y los jugadores en la pista. Los cuatro se entregaron al show y dejaron un partido para recordar en un Aconcagua Arena que, otra vez, estuvo lleno hasta la bandera. Argentina volvió a demostrar su calor hacia este deporte.
El partido concentraba sobre el 20×10 a Pablo Lima y Franco Stupaczuk a un lado del ring y a Fernando Belasteguín y Arturo Coello en el otro, dos representantes locales, la afición dividida y el pádel ganando, pues ninguna pareja jugaba con el apoyo en contra, si bien ‘El Rey’ tenía a más gargantas a favor.
La primera entrega de la final que se iría a tres actos fue para los de Carlos Pozzoni, tras desempolvar un juego efectivo al 100%. Causaban estragos cada vez que un globo corto se iba al drive o al revés, pues tanto Stupa como Lima golpeaban con furia inusitada, mientras que en defensa aguantaban una y otra vez, siendo inquebrantables e interponiéndose siempre entre los rivales y su máquina de hacer puntos. Con el paso de los minutos, los errores no forzados se acumulaban en el lado de Bela y Coello, demasiado castigados por ellos, lo que les supuso una desventaja muy amplia en el marcador (6-2).
Pero a partir del segundo ya todo se igualó y la final fue lo que se esperaba. A pesar de que Stupa tenía menos porcentaje del público con él, pues Bela en ese aspecto en casa es amo y señor, ambas duplas conseguían pescar en los errores contrarios. Lima se tiraba bola sí, bola también a defenderlo todo, mientras que Stupa definía, todo lo contrario que enfrente, pues era Bela quien construía y el vallisoletano el que terminaba fabricando puntos. Partido de ida y vuelta y mucho desgaste que únicamente se rompió gracias a un break en favor de Arturo y Fernando tras un cambio de chip y de táctica (4-6).
La igualada les dio nuevas fuerzas y oportunidades en el comienzo del tercer episodio a Bela y Coello pero no terminaron de aprovecharlas, pues el partido, que se convirtió en una batalla táctica, regalaba puntos a cada lado de la red. Ninguno de los cuatro consiguió separarse en el luminoso y ello desembocó en el mejor final posible, la agonía total de un tie break excelso en el que Stupa fue, como en gran parte del choque, decisivo, elevándose constantemente al cielo de Mendoza para terminar levantando el título tras casi tres horas de partidazo (6-2, 4-6 y 7-6).
El choque finalizaría con un globo corto del binomino hispanoargentino que no superó la red, con Lima tirándose al suelo y después realizando una voltereta sobre la pista, con Stupa rindiéndose al aplauso general y con un binomio, este, que vuelve a demostrar que su unión en busca de títulos está dando sus frutos (6-2, 4-6 y 7-6). Uno más que consiguen, este muy especial para el chaqueño.
Y mientras, qué decir de Fernando Belasteguín. No se llevó el título pero sí un merecidísimo reconocimiento en forma de aplausos de toda la grada por su implicación en la pista, su desgaste, su entrega y su recorrido en este deporte. El que para él ha sido »el mejor torneo que ha jugado en su vida» y desde luego en el que más se ha emocionado, concluía sin un título que ha perseguido como el que más pero él seguro que, lejos de los trofeos y los aplausos, ve como premio propio el hecho de que el pádel haya crecido tanto hasta el lugar en que se encuentra ahora, que los niños quieran dedicarse a ser jugadores profesionales y que la gente conozca más de esta maravillosa disciplina.
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