Otra fiesta de pádel en Mendoza, otro día de emociones, muchísimo público (con nuevo récord de asistencia) y, de nuevo, los jugadores entregados a la causa, especialmente los locales, aunque el protagonista fue, sin duda, uno por encima del resto: Fernando Belasteguín.
El de Pehuajó incendió el estadio y, como en la previa, volvió a tener al respetable de su lado por todo lo que su figura supone, lo que extrapola a este deporte y el cariño que también irradia él mismo.
Pero antes de hablar de su partido, hay que citar el primero de la jornada, el de ‘Momo’ González y Álex Ruiz ante Pablo Lima y Franco Stupaczuk, otra de las partes que contó con apoyo y que ayudó al espectáculo. El dueto argentino-brasileño fue dominador en su duelo, con un juego como el que vienen haciendo desde que se juntaron y especialmente desde el inicio de este torneo, mucha solidez, buen trabajo cerca del cristal y bastante solvencia en la red, donde uno domina por alto y el otro con el cañón de su zurda en voleas y bandejas.
Lo intentaron ‘Momo’ y Álex pero no les acompañó la suerte ni las ocasiones, pues Pablo y Franco cerraban bien los espacios constantemente y lograban a su vez una buena cantidad de roturas de servicio que les dispararon en el marcador y que permitieron que en apenas media hora el primer set fuese suyo (2-6). El segundo duró algo más, pero cuando el choque llegaba a la hora y cuarto, Lima y Stupa pusieron el punto final. Esta vez estuvo más parejo pero los de Carlos Pozzoni supieron aguantar la subida de nivel de los españoles y conseguir un break postrero decisivo para, en el décimo juego, concluir con un 2-6 y 4-6 su excelente demostración de juego.
Y después, la explosión total. Aparecían en escena Fernando Belasteguín y Arturo Coello por un lado y Martín Di Nenno y Paquito Navarro por el otro; una leyenda muy querida frente a una pareja que levanta también pasiones, pues Di Nenno es uno de sus jóvenes valores y Paquito ya ha demostrado contar con un cariño especial.
El partido tuvo algo más de pelea que el anterior pues en el primer parcial ninguna pareja conseguía separarse de la otra en el luminoso y caminaron de la mano, punto a punto, juego a juego, hasta el tie break final, donde Bela y Coello decidieron con suma prudencia y sabiendo dónde y cuándo apretar para obtener ventaja (7-3).
El golpe lo acusaron los chicos de Rodri Ovide pues en el segundo se les vio algo más dubitativos y sin el acierto anotador de minutos anteriores, toda vez que Coello y un Bela seguro, firme y que no se dejaba envolver por la emoción del momento, pasaban el rodillo para ir creciendo bola a bola. Así consiguieron el definitivo 7-6 y 6-3 y fue entonces cuando ‘el Rey’ se hizo humano, explotó y se dejó llevar por todo lo que le rodeaba, lo que le estaban ofreciendo sus paisanos.
Un Bela visiblemente emocionado por un nuevo récord de asistencia (11.106 personas) parecía un juvenil, un chico que pisaba por primera vez una cancha, un estadio, y se dedicó a animar y a hacer cantar a todos los presentes un »Olé, olé olé…cada día te quiero más, soy argentino…», pidiendo más y más desde el centro de la pista; un reconocimiento a esa afición que siempre empuja y también al pádel, que tuvo así el colofón a una jornada fantástica.
Todo ello nos dejará este sábado una final entre Pablo Lima y Franco Stupaczuk contra Fernando Belasteguín y Arturo Coello.
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