Los compañeros de la Hola Pádel League han publicado un interesante artículo sobre las diferentes horas en las que jugamos al pádel.
Ya sea mañana, tarde o noche, el estado o biorritmo de nuestro cuerpo cambia, y por elloo siempre a unas nos viene mejor que a otras, dependiendo de lo acostumbrado que tengamos al cuerpo al deporte.
Os dejamos a continuación con el artículo que han elaborado sobre los horarios de juego.
Habitualmente el pádel se juega en pistas de uso compartido. Eso quiere decir que «reservamos» una hora o un turno (los partidos, si se juegan completos, suelen durar más de una hora) para jugar.
En muchas ocasiones es la hora a la que podemos coincidir los cuatro jugadores, lo cual ya de por sí puede ser complicado, por lo que cuando nos vamos aficionando intentamos reservar en nuestra ajetreada semana algunas horas para el pádel de acuerdo con nuestra pareja de juego.
Pero en ocasiones tenemos más libertad (un fin de semana, en vacaciones, etc.) para reservar la pista a la hora que queramos y seguro que alguna vez nos hemos preguntado si algunas horas serán mejores que otras.
1.- Los biorritmos: seguro que habéis oído hablar de los biorritmos y básicamente nos referiremos al biorritmo diario (o nictameral o del ciclo sueño vigilia) que afecta a ambos sexos y al menstrual (o lunar o del ciclo ovulatorio) que afectaría solo al sexo femenino. En cuanto al primero, si bien parece que hay ciertas mejoras de rendimiento en tests realizados por la tarde frente a la mañana, los resultados no son siempre concluyentes y a veces dependen de los hábitos normales de las personas (lo que comúnmente llamamos «alondras» y «búhos»). En cuanto al segundo, de nuevo hay diferencias individuales importantes (igual que las hay en la sintomatología perimenstrual), aunque algunos trabajos parecen indicar mejoras del rendimiento en los días postmenstruales o preovulatorios. Y también hay varios estudios que muestran una mayor incidencia de lesiones en los días de la menstruación. Por lo tanto a efectos prácticos trataremos de tener más cuidado esos días y calentar mejor y estirar mucho y no olvidar todo lo aprendido sobre hidratación y nutrición.
2.- Las temperaturas: sobre todo ahora en verano y máxime si jugamos al exterior, la hora a la que juguemos puede tener un efecto tremendo en la temperatura. Hasta el punto de que, con los niveles de radiación solar que tenemos en nuestro país en verano, deberíamos evitar jugar en horas centrales del día y deberíamos vigilar mucho protegernos del sol (gorras, cremas, ropa adecuada, etc.) y de la deshidratación (bebidas correctas en las cantidades correctas).
3.- Las comidas: normalmente llevamos un patrón «estándar» de comidas (desayuno, comida y cena) y ya hemos hablado de cómo adaptarlo al ejercicio y cómo no deberíamos jugar mientras hacemos la digestión pero también hemos de vigilar tener reservas energéticas que nos permitan afrontar el tipo de partido al que nos enfrentemos.
4.- Influencia de otras actividades: no es el mejor momento para jugar al pádel el final de una jornada agotadora o tras haber hecho un gran esfuerzo de otro tipo. Sobre todo porque además de disminuir nuestro rendimiento vamos a aumentar el riesgo de sufrir lesiones que luego nos pueden mandar una larga temporada al «banquillo». Aunque pensemos que tras un día agotador necesitamos «quemar la adrenalina» y descargar la furia en la pelota, esto, además de ser una bomba de relojería en cuanto a las lesiones, puede tener el efecto contrario, ya que produce una excitación, un aumento de esa adrenalina y puede afectar nuestro descanso/sueño a continuación.
5.- Adaptación a un horario: aunque por lo general en competición, o no se saben los horarios de todos los partidos, o son variados, cuando sabes a qué hora vas a jugar un partido importante, se aconseja entrenar los días previos a la misma hora y así nuestro organismo ajusta los biorritmos a dicho horario.
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