La clave está en el cambio de velocidad. Es complicado usar las tres velocidades de bola en el pádel, ya que requiere de mucho control y mucha mano, pero si llegamos a conseguir dominarlas desarmaremos continuamente a nuestro rival y el juego será mucho más emocionante, puesto que una sola velocidad no genera sorpresa.
Cuando hablamos de tres velocidades me refiero a: baja velocidad, media velocidad (smash al centro de la pista), y alta velocidad (contragolpe).
Un juego de una velocidad es fácil de controlar, pero se hace rutinario. Por eso los jugadores cambian continuamente la velocidad durante un partido, para generar sorpresas y serán mucho más difíciles a la hora de plantear una estrategia en el juego.
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