¿Tienes en cuenta tus rodillas a la hora de entrenar?

Aunque el pádel es un deporte muy completo en el que se trabaja todo el cuerpo, es el tren inferior el que ‘sufre’ gran parte del esfuerzo. Tanto nuestros pies, como nuestros talones, isquios, cuádriceps, gemelos y, sobre todo, rodillas. Es por ello que muchos jugadores, tanto amateurs como profesionales, sufren de dolores en sus rodillas o rótulas, especialmente aquellos afectados por la temida condromalacia rotuliana.

Raro es el jugador que no ha sufrido alguna vez un tirón en la pierna, se le ha subido el gemelo, se le ha torcido el pie o, en el peor de los casos, ha sufrido una rotura o esguince de ligamentos, algo que suele ocurrir en deportes como el pádel, en los que el esfuerzo máximo se localiza en miembros inferiores y en los cuales se realizan cambios de dirección y de sentido rápidos y bruscos.

A ellos se les añade un acompañante extra, la condromalacia rotuliana (también denominada ‘rodilla de corredor’), una dolencia de nombre difícil de pronunciar pero que más de uno ha padecido. Esta aparece  cuando se degenera la superficie cartilaginosa localizada en la cara posterior de la rótula consecuencia del roce del cóndilo femoral sobre la misma

Y es que, para quienes no lo sepáis, os comentamos que la articulación de la rodilla se compone a su vez de dos articulaciones, la articulación femorotibial (la formada por la unión del fémur y la tibia) y la articulación femoropatelar (formada por la tróclea del fémur y la parte posterior de la rótula y que es el lugar donde se produce la condromalacia rotuliana).

Hoy en día, con el aumento del número de partidos, nuestro cuerpo sufre mucho más que antes, ya que se realizan más saltos, cambios de dirección, paradas en seco… por ello, de la mano del International Padel Experience by Madison y de su experiencia en el pádel, queremos destacar algunos de los factores más habituales que provocan que surjan estas lesiones:

Calzado inadecuado: como en todos los deportes, en el pádel es muy importante contar con un buen calzado que nos proteja durante la práctica deportiva. En muchos casos, una buena zapatilla se convertirá en nuestro mejor aliado a la hora de evitar problemas de rodillas.

Falta de calentamiento y estiramiento: Siempre que hablamos de lesiones insistimos en este aspecto. Dedicar un tiempo adecuado a ejercicios de calentamiento que preparen a nuestro cuerpo para el esfuerzo que va a realizar y realizar un estiramiento adecuado que nos ayude a recuperarnos tras el ejercicio es fundamental a la hora de evitar lesiones indeseadas.

Realizar sobreesfuerzos: tenemos que ser conscientes de nuestra situación personal en cada momento y no realizar ejercicios o actividades a un nivel inadecuado para nosotros, ya que con esto podremos sobrecargar la zona y forzar hasta provocar una lesión.

Además, deberemos prestar atención a aquellas características individuales que puedan producir problemas en la rodilla (alineación, mala pisada…).

El síntoma más claro de una posible lesión en la rodilla es la aparición de dolor en la zona. Por eso, ante una molestia en la rodilla la mejor respuesta será parar la actividad y, en caso de que la molestia persista en el tiempo o vuelva a aparecer al retomar el ejercicio físico, lo mejor será consultar con un especialista que diagnostique el grado de la lesión.

No obstante, desde nuestro periódico te recomendamos que en tus sesiones de gimnasio o de entrenamiento en pista, incorpores ejercicios para fortalecer todo el tren inferior, con el fin de estar más preparado para altos niveles de exigencia física; sentadillas, ejercicios con cargas, sprints y escaleras…pueden ser muchos y muy variados y, supervisados por un especialista, pueden hacer que mejores tu rendimiento y que no te lesiones con facilidad.