Dos de las lesiones más frecuentes en el pádel, quitando las torceduras de tobillo, las sobrecargas y algún que otro esguince, son la epicondilitis y la epitrocleítis, que seguro muchos habeís padecido o padecéis en la actualidad.
Con el fin de conocerlas un poco más, saber cómo nos afectan y cómo podemos ayudar a prevenirlas, gracias a los amigos de StarVie os traemos este interesante artículo que nos habla de ellas en profundidad.
¿Cuál es la causa más común de la epicondilitis y epitrocleítis?
Las lesiones de epicondilitis y epitrocleítis son causadas por microlesiones en la zona de inserción de los tendones del antebrazo debido a una sobrecarga de dichos músculos, que generan una respuesta vascular para repararse y crean tejido nuevo no contráctil en esa reparación. Además, pueden crear también pequeñas calcificaciones y compresión nerviosa por la contractura. El dolor que se siente es agudo, al principio como un pinchazo y posteriormente un dolor más difuso y sordo.
La epicondilitis es más frecuente por sobrecarga en golpes de revés, en los que se extiende el codo y se desvía la muñeca, y durante el saque, ya que la fuerza de los flexores hace que los extensores del codo tengan que retener el gesto y aumentan mucho su tensión.
Por su parte, la epitrocleítis es más frecuente por sobrecarga durante el servicio, ya que recibe toda la tensión del impacto.
En ambos casos, lo más común es que la sobrecarga en el antebrazo provenga de una inestabilidad a nivel del hombro, tanto por debilidad como por contracturas.
Cómo prevenir este tipo de lesiones
El primer paso a tener en cuenta para prevenir y evitar este tipo de lesiones, es elegir la pala que mejor se adapte a tu complexión física y nivel técnico, ya que un peso inadecuado de la pala o demasiado grip en tu empuñadora aumenta la tensión en el codo.
Es importante también contar con una buena técnica a la hora de agarrar la pala y realizar el gesto del golpeo porque de esta forma se minimiza el riesgo de lesiones. Por ello, te recomendamos que te dejes aconsejar por un profesional del pádel.
Debes cuidar también no realizar una excesiva carga de partidos o clases, obligándote siempre a estirar específicamente la zona al término de cada sesión. Si finalmente aparecieran las molestias, no esperes y acude al fisioterapeuta para empezar un tratamiento manual de la zona dolorida. Y si fuera necesario, un trabajo específico para fortalecer el codo afectado.
Cómo tratar la epicondilitis y epitrocleítis
El equipo de Clínicas J.Cuenca nos recomienda estiramientos de toda la cadena desde el cuello hasta el antebrazo así como ejercicios de tipo isométrico y excéntrico, masoterapia y manipulaciones para descargar y relajar la musculatura afectada, además de liberar los posibles bloqueos articulares, crioterapia y punción seca.
No es estrictamente obligatorio realizar reposo absoluto, únicamente de la actividad que lo provoca, porque los tendones requieren cierto grado de tensión para no perder la fuerza y disminuir la sobrecarga.
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