En pleno 2017, pocos dudan de la calidad de las actuales palas de pádel. Carbono, grafeno, fibra de vidrio, kevlar, diolén, titanio, aluminio… son algunos de los materiales que ya todos conocemos y que forman parte de la fabricación de la pala. Materiales, con diferentes propiedades, pero que en todo caso otorgan a las palas una durabilidad óptima. Pero no siempre ha sido así.
El pádel es uno de los deportes que más ha evolucionado en los últimos años. Y lo ha hecho además a una velocidad de vértigo. Y es que el pádel se puede considerar un deporte relativamente ‘joven’. El camino ha sido corto desde su explosión en Argentina en la década de los 80 hasta convertirse en el nuevo deporte de masas que es en la actualidad.
La evolución de las palas de pádel ha sido, desde entonces, una constante. Y de las primeras palas de pádel de madera que surgieron en los primeros años hemos pasado a palas fabricadas con los materiales anteriormente citados, con el carbono como gran protagonista del momento. Tanto ha cambiado la historia desde entonces que ya nadie se atreve a llamar raqueta de pádel a una pala. Aunque todavía hay jugadores novatos que lo hacen por total desconocimiento.
Años 80: nacen las primeras palas de madera
Así es. Las primeras palas de pádel se fabricaban íntegramente en madera, un material rudimentario que, con el paso del tiempo, se comprobó que no era precisamente el más adecuado para desarrollar un producto de estas características.
Los jugadores más veteranos del World Padel Tour (Belasteguín, Juan Martín Díaz, Gaby Reca, Cristian Gutiérrez…) empuñaron estas primeras palas de madera en su época de iniciación.
Bela lo recuerda así: «Cuando empezaron a salir las evoluciones, nos dimos cuenta que eran pesadas, y que ofrecían menos potencia que las de goma». Y es que aquellas palas, por entonces, pesaban en torno a los 450 gramos.
Se dice que el fin de las palas de madera llegó con la introducción de la tecnología ‘Celular Core’ por parte de las palas Prince, generando la primera «paleta» de grafito. Este sistema se utilizó, a principios de la década de los 90, por parte de Prince Padel antes de la era de goma.
Años 90: introducción de goma en las palas de pádel
La primera firma en utilizar el material goma ‘Eva’ en la construcción de una pala de pádel fue la mítica marca argentina SANE. Fue el primer gran cambio en los materiales de las palas hasta el punto de que muchas marcas, como Bullpadel, se vieron obligadas a dar marcha atrás a sus nuevas colecciones y fabricar sus primeros modelos con goma con el objetivo de hacer las palas más elásticas.
La goma introdujo, de esta manera, más elasticidad en las palas, redujo las vibraciones que llegaban al codo y se aligeró el peso. De los 450 gramos se pasó a los 390 gramos, aproximadamente, a finales de los 90, una época en la que el pádel ya empezaba a irrumpir con fuerza en España.
Siglo XXI: más grosor para añadir confort y potencia
Otra evolución significativa llegó en la primera década del nuevo siglo con el aumento del volumen (perfil de la pala) con el objetivo de lograr más confort, control y potencia. Si a finales del siglo XX, el perfil rondaba los 25 mm, en el 2006 se pasó a los 38 mm que podemos seguir encontrando en la actualidad.
Belasteguín declaró en una entrevista reciente que esta revolución en la fabricación de las palas ha permitido durante todo este tiempo también, a la vez, una evolución en el juego: «Sin ninguna duda, la evolución de las palas ha hecho que el juego sea cada año más rápido, y en todos los aspectos generales del juego ha influido muchísimo la evolución de los materiales en las palas».
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