El Mundial de Catar ha servido para elevar a un nuevo jugador, un nuevo talento de la inagotable cantera argentina. Bajo el nombre de Valentino Libaak se esconde un drive de la nueva era un jugador fibroso, rápido en la pista, muy bueno técnicamente y con capacidad también para definir puntos con su remate.
Libaak ha crecido mucho en el Mundial, tanto en las rondas previas al lado de Franco Stupaczuk como en la final junto a Leo Augsburger, con quien formó esa especie de ‘Súper Pibes 2.0’ que aunque ahora juegan separados, provocaron mucho quebraderos de cabeza a sus rivales no hace tanto.
Su tranquilidad para tomar las riendas en el tercer punto en Doha y hacerse con el control del juego ante todo un talento de la categoría de Paquito Navarro y comerse en todos los aspectos del juego a Miguel Yanguas dejó bien claro que de cara al futuro dará muchas alegrías.