Muy querido por los compañeros, cercano a los aficionados y, sobre todo, un gran jugador. Así es Javier Limones, quien tras perder en su partido junto a Víctor Ruiz ante Matías Díaz y Maxi Sánchez, decía adiós al circuito para colgar definitivamente la pala al máximo nivel.
El granadino ya anunció que este Keler Euskadi Open sería su último torneo, y lo ha disfrutado como el primero, saliendo a la pista con la misma ilusión de siempre y sin presión, con los deberes hechos y la sensación de haberlo dado todo por este deporte.
Al final, como siempre, venció la emoción y las lágrimas aparecieron en el rostro de un jugador que, como él mismo dice, continuará ligado de una forma u otra al pádel. Os dejamos con sus palabras para los micrófonos de World Padel Tour y desde aquí le deseamos la mejor de las fortunas en sus nuevos objetivos profesionales.
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