A un paso, a un único punto se quedaron los españoles de conseguir hacer el doblete y traerse el título por selecciones en el Mundial de Lisboa. Argentina tiró de garra y entrega para remontar su desventaja inicial y dejar a los de Jon García-Ariño con la miel en los labios.
Se las prometían felices los españoles tras comenzar mandando, y con mucha autoridad, ante Argentina, pero todos sabían que no iba a ser sencillo, y que la eliminatoria iba a ser muy larga, y así ocurrió.
España puso el primer punto en el luminoso a su favor tras vencer Juani Mieres y Matías Díaz a Agustín Gómez Silingo y Maxi Grabiel por 6-0 y 6-2. Triunfo incontestable con Juani Mieres volviendo al revés y con el que subían la moral del equipo y obligaba a los albicelestes a remontar.
Acto seguido, los actuales campeones movieron ficha y sacaron gran parte de su máxima artillería, con Fernando Belasteguín y Sanyo Gutiérrez, entrega y constancia junto a magia y solvencia, mientras que España resolvió con el carisma ganador de Paquito Navarro junto a la magia y los reflejos de su gran ídolo, Juan Martín Díaz.
Los cuatro dieron la razón a quienes ansiaban ver un partido competido y combativo, y ofrecieron tres sets en el que ganaron los argentinos (6-4, 3-6 y 7-5), pero en los que todo estuvo parejo y donde pudimos ver grandes puntos, a un Juan Martín muy solvente y desatado en ciertos momentos y a Paquito haciendo que la grada le acompañase.
Sin embargo, Bela y Sanyo demostraron un gran nivel de conjunción, sabiendo sufrir cuando hacía falta pero regalando puntos de bella factura, como una salida por cuatro de Bela con un muñecazo de revés.
El empate a uno abría un nuevo duelo, y el seleccionador apostó por la juventud y el buen momento en que venían Álvaro Cepero y Juan Lebrón, quienes a pesar del desgaste, se mostraban como una gran y fiable pareja. Contra los andaluces, Argentina apostó por el debutante Miguel Lamperti y por la muñeca de Cristian Gutiérrez, quien se pasó a la derecha para dejar vía libre a los remates del canoso.
Los nuestros, a pesar de perder por un doble 6-4, dieron la cara en todo momento, y se les notó el gran momento de confianza y resultados en que llegaban, pero la experiencia es un grado, y ahí los argentinos fueron muy superiores, sabiendo contemporizar más y estar más acertados cuando el partido lo requería.
Así, Argentina se llevó el punto definitivo, el que hacía que retuviesen la corona mundial, pero esta vez España puede estar orgullosa, puesto que peleó de tú a tú y ofreció una excelente imagen. Dar la enhorabuena a los flamantes campeones por el título y a esperar a dentro de dos años para tener una nueva oportunidad.
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