Dos grandes semifinales nos dejaba el Monte-Carlo Padel Master para conocer a los cuatro participantes de su final, que serán, como se esperaba de ellos, Fernando Belasteguín y Pablo Lima por un lado, y por el otro los aguerridos Matías Díaz y Maxi Sánchez.
Dos semifinales contrapuestas, de opuestas sensaciones, siendo la primera la que enfrentaba a Bela y Lima contra Miguel Lamperti y Juani Mieres. A priori, dos pegadores como Lamperti y Mieres no estaban ante su situación más propicia, pero ya dijimos que habían llegado sin hacer excesivo ruido pero se fueron con redoble de tambores y trompetas (2-6 y 6-7).
Porque si en el primer set estuvieron borrados del mapa debido a la consistencia de sus rivales, algo que parecía iría por el mismo camino en el segundo, el guión cambió completamente.
Se agarraron a la pista, se mentalizaron y cambiaron su estrategia, jugando para ambos lados, defendiendo y peleando las bolas, en definitiva, apretaron los dientes hasta forzar a los números uno al tie break (si bien antes tuvieron opciones de cerrar el set e igualar), algo que pocos o nadie había logrado hasta la fecha. Así, Bela y Lima tuvieron también que saber trabajarse los puntos y no confiarlo todo a su constancia, ya que las salidas de pista de Mieres y los remates de Lamperti (cada vez con mayor eficacia en este aspecto) desbarataban todos sus planes.
Lo dicho, en el tie break, los ‘Depredadores’ estuvieron más acertados y evitaron el desgaste, y la incógnita, que hubiese supuesto llegar a un tercero, y todo ello bajo la atenta mirada de Didier Deschamps, Thomas Johansson y el Príncipe Alberto II de Mónaco.
Matías se lleva el duelo familiar
Llegaban Godo Díaz y Lucho Capra con la moral por las nubes y con su juego más alto todavía, pero se toparon con una muralla inmensa, la que fabricaron Maxi Sánchez y, sobre todo, Matías Díaz, conocedor de las virtudes de aquel con quien comparte apellido.
El marcador de 4-6 y 2-6 refleja que, aunque igualado al principio, Lucho y Godo también llegaban con la gasolina algo jsuta después de tantos partidos y del desgaste que supone jugar, y ganar, ante los mejores del ranking, de ahí que empezaran con más revoluciones para intentar llevarse el primer parcial de la manera más rápida posible.
Sin embargo, por aquello de conocerse, Mati no dejó que su hermano sacara excesivamente a relucir la magia de su muñeca, solo en breves destellos que, por su parte, se encargó de oscurecer el ‘Tiburón’ con sus remates que esta vez sí, salían con la potencia que nos tiene acostumbrados.
Así, salvo por un break en el primero, todo estuvo muy igualado, pero como dijimos antes, en el segundo, las fuerzas de la pareja sorpresa de Monte-Carlo decayeron y se dejaron llevar con tan solo dos juegos para despedirse de un torneo en el que han sido la nota más positiva y que debe servirles como gran punto de inflexión.
Ya tenemos pues, final, entre la dupla número 1 y la pareja 3. Espectáculo asegurado en el glamour del circo monegasco a partir de las 15:00 horas.
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