Por todos es sabido el lazo familiar que une a la pareja Vibor-A formada por Ramiro Moyano y Maxi Grabiel pero, ¿de dónde procede esta unión? Los amigos de su marca nos han explicado de dónde surge esa dupla a la que se conoce familiarmente como ‘El Clan de los Chascomús’.
Hay que irse atrás en el tiempo, más o menos un cuarto de siglo, para iniciar esta curiosa historia en Argentina, concretamente en el Barrio de La Loma, en La Plata.
Corrían los últimos meses de 1990 cuando un amigo de la familia abrió un club llamado El Galpón. En aquellas pistas de cemento fue donde Maxi Grabiel, su hermano Diego Grabiel y Patricio Mongán, un primo inseparable, dieron los primeros golpes en una disciplina que por aquel entonces hacía furor en Argentina.
También eran asiduos a aquellos primeros partidos unos primos segundos de los Grabiel, Claudio Fabián Moyano y Marisa Toledo, padres de un recién nacido Ramiro Moyano Toledo, quien se familiarizaba con las pistas de pádel. Pero fue en 1998, cuando Ramiro vio jugar por primera vez a su tío Maxi Grabiel. Por aquel entonces el jugador del Vibor-A Team competía junto al mítico Roby Gattiker. Lo recuerda Ramiro como si de ayer se tratase: «Fue en el Club Estación Norte de La Plata. Iba de la mano de mis padres y nos acompañaba Pato Mongán, un familiar en común con Maxi. En aquella época practicaba todo tipo de deportes, desde el fútbol al voley pasando por el pádel y el tenis. Quienes estaban verdaderamente enganchados eran mis padres».
Tuvieron que pasar ocho años (2006) para que Maxi Grabiel y Ramiro Moyano jugasen un partido juntos. Maxi ya se había trasladado a España y en vacaciones, cuando volvía a La Plata, compartía entrenamiento con nombres como Sebastián Mocoroa y Gustavo Valquinta, además de con un Ramiro Moyano que ya empezaba a mostrar maneras de gran jugador.
Por el camino, Diego Grabiel dejó la práctica del pádel muy pronto, según su hermano Maxi, «era demasiado loco como para afrontar una disciplina deportiva». Por suerte, sus hijos Galo y Nerina siguen la saga.
La historia de estas dos familias sigue forjándose fuera y dentro de las pistas. El presente es de dominio público: «Siempre he seguido muy de cerca la evolución de Ramiro Moyano. Pero es en junio del 2015, al no progresar el juego con Cristian Gutiérrez, cuando decido llamar a mi sobrino para conformar una pareja con claro perfil de futuro», sentencia Maxi Grabiel.
La juventud y la experiencia del clan de Chascomús (la ciudad natal de ambas familias) se han vuelto a dar la mano para fortalecer aquellos lazos de sangre forjados en los inicios del pádel.
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