La figura de Tino Libaak es una de las que hay que tener muy en cuenta tanto esta temporada como en los próximos años. El joven argentino asombró en 2024 junto a Leo Augsburger en una dupla explosiva que combatió desde las previas y dio más de un susto en los cuadros, para después dar otro golpe sobre la mesa en el Mundial de Catar, donde consiguió el punto definitivo para que Argentina se coronara como campeona del mundo.
Un jugador muy versátil, de gran control y sentido táctico, capaz de ser decisivo también por alto y gracias a su envergadura, cubrir mucha pista y que realizó un curso avanzado de aprendizaje junto a una leyenda como es Fernando Belasteguín, convirtiéndose en su último compañero en activo.
Para conocer un poco más sus sensaciones de la pasada campaña y las expectativas para esta, nos hemos juntado y le hemos realizado esta entrevista.
P: ¿Cómo definirías tu temporada y qué nota le pones?
R: La considero como una temporada muy buena, de mucho crecimiento. Empecé junto a Leo desde previas, con los puntos justos y al final he podido terminar el año en el cuadro y además, entre las 10 mejores parejas, algo que a nivel personal es muy importante.
P: Tino, este año lograste ser campeón del mundo. ¿Cómo describes esa sensación y qué significó para ti este logro?
R: Para mí fue una sensación única; uno de mis objetivos era poder representar a mi país y aunque no estaba muy pendiente de la convocatoria, sí que siempre intenté rendir a mi mejor nivel para tener la oportunidad de estar presente. Por si fuera poco, pude jugar el tercer y último punto decisivo y terminar como terminó para mí fue un momento muy, muy feliz.
P: ¿Cuál fue el momento clave de la temporada que crees que marcó la diferencia en tu rendimiento y crecimiento como jugador?
R: La verdad que tengo varios momentos. Desde principios de temporada con Leo, donde hubo algunos torneos en los que jugamos muy bien y estuvimos muy cerca de ganar a grandes parejas. Pero, más allá de todo eso, con lo que sin duda me quedo es con todo lo sucedido tras las vacaciones de agosto, cuando tuvimos tiempo de hacer una minipretemporada y fue donde, al menos en cuanto a sensaciones, mejor me notaba, coincidiendo también con lo poco que faltaba para el Mundial.
Para mí ese fue sin duda el mejor momento de la temporada, porque notaba que poco a poco iba teniendo el crecimiento por el que tanto había trabajado.
P: ¿Qué cambios has notado en tu juego y tu mentalidad desde que comenzaste a competir a nivel profesional hasta ahora?
R: Muchos, la verdad. Cuando empecé a competir profesionalmente vivía en Argentina, pero desde que vine a España he tenido muchos, muchos cambios en mi juego. A día de hoy es un poco lo que intento mantener, seguir con esos cambios para seguir mejorando, porque hay cosas que a día de hoy me parecen básicas pero hace un año o año y medio me parecían súper complicadas en cuanto a entendimiento dentro del juego y poco a poco intento ir aplicándolas.
En cuanto a la mentalidad, todo se lo debo a mi equipo y a mi psicóloga, con la que trabajo desde los 14 años y siempre lo tuve como una pieza fundamental en mi preparación. Agradezco a mis padres que me enseñaran a darme cuenta de eso desde tan pequeño.
P: Tu crecimiento como jugador ha sido notable este año. ¿Cómo manejaste las expectativas y la presión que vino con tus buenos resultados?
R: Intento usar los buenos resultados como una clara motivación, si bien en el día a día intento centrarme en mí y en superarme y no estar tan pendiente en lo que viene desde fuera. Trato de usar todo lo bueno a mi favor como una motivación.
P: ¿Cómo valoras la etapa junto a Leo Augsburger y, sobre todo, este último tramo de la temporada junto a Fernando Belasteguín? ¿Qué significó para ti ser elegido para ser su último compañero?
R: La etapa con Leo la valoro muchísimo, creo que aprendimos bastante. A día de hoy nos toca jugar por separado porque creo que nos queda mucho por aprender, pero sí me animo a decir que fue el compañero con el que jugué a mejor nivel, pues nos entendemos muchísimo y valoro mucho el crecimiento que tuve yo con él y él conmigo.
Respecto a Bela, esa etapa fue de agradecimiento total para él por darme la oportunidad de estar en uno de los momentos más importantes de su carrera; haber podido competir a su lado y disfrutarlo fue increíble, se lo he dicho mucho, pues también me ayudó a aprender mucho.
P: El pádel es un deporte con mucho dinamismo y exigencia física. ¿Cómo es tu rutina de entrenamiento y cómo te preparas mentalmente para los torneos más importantes?
R: Mi rutina de entreno es muy sencilla, hago pádel y físico de lunes a viernes y el sábado intentamos agregar una sesión más, bien de físico o o de pádel, aunque todo depende de la exigencia que tengamos en pretemporada.
En cuanto a la preparación mental, me gusta el hecho de sentir que estoy preparado para competir en cualquier momento y en cualquier torneo, pues la competencia es lo que más nos gusta y el hecho de sentir que uno es competitivo, no se cambia por nada.
P: Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son tus metas a corto y largo plazo dentro del mundo del pádel? ¿Cómo te ves evolucionando como jugador?
R: Mi primera preocupación es poder tener un crecimiento personal y deportivo diario, semanal, es en lo que más me centro. Obviamente, a largo plazo me gustaría poder llegar a lo más alto, pero soy consciente de que todo lleva su tiempo y por eso trato de centrarme en el ahora, por lo que estoy contento por la evolución que he tenido hasta ahora.
P: ¿Por qué has decidido jugar con la Diablo el año que viene? ¿Qué buscas al utilizarla y qué aporta a tu juego?
R: Desde el primer momento que entré a Siux les comenté las características de pala que buscaba y cuando me recomendaron la Diablo, quedé encantado desde el primer momento. Lo que más busco suele ser dureza y que sea una pala muy manejable y creo que con esta lo he conseguido, por lo que estoy muy a gusto.