Hoy me he dado cuenta mientras entrenaba una clase que al comenzar un entrenamiento siempre expongo que todo está bien, sabiendo los objetivos que quiero conseguir en ellos, pero muchas de esas veces los jugadores se van de mis entrenamientos con cosas que no quieren oír, y cuando termina la clase y te sientas a dialogar fuera de ella con él, este se desmorona.
A veces, como profesional, tienes que tocar donde duele. En un principio para ver la reacción del jugador y después para saber hasta dónde llega su autocrítica y si lo hablado puede llegar a mejorar en un futuro.
Por eso digo que hay distintos monitores y entrenadores. En particular, a mí me gusta ser un entrenador sin tener que endulzarle el oído a nadie. Hay que ser crítico y directo. Si vamos a formar un equipo, jugador y entrenador tienen que llegar a un acuerdo, puesto que esto traerá logros positivos a corto plazo para ambos.
Hoy justamente lo hablaba con una alumna nueva que vino. Ella entrena en un lugar muy conocido, y cuando la vi que sacó su pala desde el bolso y comenzó a jugar noté que no sabía empuñar. Le pregunté desde cuánto tomaba clases y me dijo que desde hacía ocho meses… entonces le dije… pero ¿no sabes empuñar? y me dijo sí, todos me lo dicen. Es aquí a donde apunto para separar las distancias que hay desde monitor a ser entrenador. La culpa no es del jugador por no hacerle caso al monitor. La culpa es del monitor que no es lo suficientemente idóneo.
Por eso yo quiero a jugadores que si vienen a entrenar conmigo lo hagan solo conmigo. Muchos de ellos a veces quieren probar, o ver cómo es mi metodología de trabajo, y al llegar se encuentran muchas veces con cosas que no quieren escuchar.
Estamos en un momento en el que monitores son contratados por clubes grandes a un bajo costo y esto lo paga el jugador. Es por eso que ocurren este tipo de cosas. Alumnos que no son bien entrenados. El jugador tiene que entregarse al entrenador al 100%, y no el 50%.
Muchos me preguntan si estoy loco por decirles a jugadores estas cosas, y yo respondo lo mismo siempre …. no me gusta meterle la mano en el bolsillo al jugador. Prefiero perder jugadores que no están convencidos de lo que quieren y dejar lugar a quienes realmente quieren progresar y hacer un equipo. Desde los 17 años fui así, siendo lo más honesto con el jugador.
No quiero ser un recaudador; quiero seguir con mis ideales siendo un entrenador de pádel.
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