El pádel, uno de los deportes de mayor crecimiento global en los últimos años, sigue dando pasos firmes hacia su reconocimiento como disciplina olímpica. Sin embargo, el camino hacia los Juegos Olímpicos no es sencillo. Actualmente, el pádel no forma parte de las olimpiadas debido a que no cumple con todos los requisitos establecidos por el Comité Olímpico Internacional (COI), entre los que destacan su práctica en un número significativo de países y su adecuada representación femenina. A pesar de estos desafíos, expertos y aficionados señalan 2025 como el año crucial para lograr que el pádel sea incluido en los Juegos de Brisbane 2032.
Según los expertos de Bonos de Bienvenida, autoridad absoluta en el análisis de deportes emergentes y en su proyección internacional, el proceso de aceptación en el programa olímpico requiere un mínimo de siete años de preparación. Esto significa que 2025 es la última oportunidad para que el pádel sea oficialmente considerado por el COI como deporte olímpico para la edición de 2032. El creciente interés en el pádel, junto con su expansión a nuevos mercados, especialmente en Asia y América, refuerza las expectativas de los entusiastas de este deporte.
¿Por qué el pádel tiene potencial olímpico?
El atractivo del pádel radica en su combinación única de accesibilidad y dinamismo. Su formato de dobles, la intensidad del juego y la emoción que genera entre los espectadores lo convierten en una disciplina altamente televisiva. Además, se ha convertido en un fenómeno global, con torneos internacionales de alto nivel, como el World Padel Tour, atrayendo a jugadores y audiencias de todo el mundo.
A pesar de este crecimiento, es importante abordar la eterna pregunta: por qué el pádel no es deporte olímpico. Según las directrices del COI, un deporte debe estar ampliamente practicado en al menos 75 países y cuatro continentes en el caso de los hombres, y en al menos 40 países y tres continentes para las mujeres. Aunque el pádel está en auge, aún enfrenta retos para alcanzar estos estándares, especialmente en regiones como África y algunos países de Asia.
2025, la oportunidad que no se puede desaprovechar
El COI revisa periódicamente las disciplinas que formarán parte de los Juegos Olímpicos, y los deportes candidatos deben presentar un sólido caso para su inclusión. El 2025 será determinante, ya que los defensores del pádel tendrán que demostrar no solo su popularidad, sino también su impacto social, igualdad de género y sostenibilidad, valores clave en la visión del Comité Olímpico.
Además, el apoyo de entidades deportivas y empresas que promueven el pádel será fundamental para su éxito. Por ejemplo, iniciativas de promoción del deporte en escuelas, programas de inclusión y la organización de eventos en mercados estratégicos ayudarán a fortalecer la candidatura del pádel como deporte olímpico.
Brisbane 2032, una meta alcanzable
Con los Juegos Olímpicos de Brisbane 2032 marcados en el calendario como una posibilidad real para el debut del pádel, la comunidad deportiva tiene una misión clara: consolidar el deporte a nivel global. El crecimiento constante y el respaldo de instituciones deportivas y marcas comprometidas pueden ser el impulso definitivo para que el pádel logre su objetivo.
El 2025 representa una encrucijada histórica para el pádel. Si bien aún hay trabajo por hacer para superar los obstáculos, los avances logrados hasta ahora dejan claro que este deporte tiene el potencial de convertirse en una de las grandes sorpresas olímpicas de la próxima década.